Rubén Martínez Valdivielso: "En la ONCE se puede desarrollar un proyecto de vida"

El próximo día dos de diciembre se cumplirán dos meses de la toma de posesión oficial de Rubén Martínez Valdivielso como director de la ONCE en la provincia.

Un puesto al que este burgalés de 36 años llega con una carrera y experiencia dilatada a sus espaldas. Perdió la visión en la infancia, después de sufrir, en el año 2007, un accidente a consecuencia de un fuerte balonazo jugando al fútbol sala que le provocó un desprendimiento de ambas retinas. «Mis padres hicieron todo lo que pudieron para que me operaran. Entré en el quirófano más de diez ocasiones, pero no se pudo hacer nada. Porque tenía la estructura de retinas débiles, ya que no crecieron al mismo tiempo que el globo ocular», explica Rubén.

En ese momento inició un nuevo periodo de su vida que se conoce en la ONCE como ‘ajuste a la ceguera’. «Es el hecho de asumir o llevar tu vida con el nuevo condicionamiento visual. Que puede abarcar muchos aspectos, desde la ceguera total a lo más básico. Cada persona es un mundo».

En su caso, la adaptación no frenó su desarrollo y le permitió continuar con sus estudios. Es Licenciado en Humanidades, especialidad en Gestión y Difusión del Patrimonio, por la Universidad de Burgos. Tiene un Máster Universitario como Profesor de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas; además de Máster Universitario en Patrimonio y Comunicación.

Este desarrollo universitario le llevó a ser el primer alumno de Erasmus ciego total que realizó sus estudios en la Universidad de Exeter ( Devon, Inglaterra), de la mano del campus burgalés.

Un «reto», una aventura que emprendió con 22 años, en el último curso de Humanidades. En ese momento la mayoría de sus compañeros de clase habían realizado ya estudios de Erasmus fuera de España, y «yo quería dar el paso». Por ese motivo se decidió a realizarlo en «mi último año de carrera, que no es lo habitual, pero pensé: es ahora o nunca». Y con esa determinación de carácter, que es una constante en su trayectoria, tomó las riendas para vivir una experiencia única. «No fue fácil», pero lo superó contando con una red de ayuda.

«El centro de accesibilidad de la UBU me dio una fantástica cobertura, me apoyó muchísimo», explica Rubén, que recuerda aquel periodo de su vida como un camino para «romper brechas, en el ámbito de la discapacidad visual, pues me atreví. Aunque conté con las personas que me rodearon en ese momento, y con las ganas que hay que echarle siempre a nivel personal, porque estando quieto no se hace nada. Todo junto, hicieron que tuviera un año inolvidable», recuerda Rubén  Martínez Valdivielso.

La Universidad de Burgos le ofreció una ayuda imprescindible para sus estudios, junto con las herramientas de apoyo de la ONCE . «Me ofrecieron mucha ayuda. Y desde la ONCE, a través de los profesores de apoyo, lo que se conoce como adaptación del estudio, pude contar con un fantástico soporte, un sostén imprescindible».

Logró una Mención Honorifica por la iniciativa emprendedora ‘Siente Castilla’. Presentada al premio ‘Emprendedor Universitario UBU, edición 2011. Su pasión por el estudio continúa y, aunque de momento ha tenido que aplazarlo, queda pendiente su doctorado en Patrimonio con la Catedral de Burgos como guía de una ruta por la Historia. Una idea original que desarrollará en el futuro cuando las obligaciones de su nuevo cargo puedan ofrecerle la posibilidad de encauzar de nuevo «los tiempos».

TRAYECTORIA 

Antes de tomar posesión como director de la ONCE en Burgos, Rubén Martínez Valdivielso ha desarrollado una trayectoria dentro y fuera de la organización. Ha ejercido como profesor de apoyo en el I.E.S. Diego Porcelos de Burgos. Fue agente vendedor de la ONCE en Burgos durante once años.

Coordinador de Animación Sociocultural y deportiva en la ONCE de Murcia y como Jefe de la Unidad de Servicios Sociales de esta entidad en Granada, habiendo participado también en labores de laboratorio, vinculadas a los trabajos de investigación del Área de Arqueología de la UBU.

En este momento, de vuelta a casa, emprende este nuevo camino con ilusión y confianza. Cuenta con su equipo, en el que está su fiel compañero, su perro guía Korki, un labrador negro de siete años, con el que lleva trabajando cinco. Un animal especial que vino desde Estados Unidos, desde Rochester, en el estado de Nueva York, gracias al convenio de la Fundación ONCE, que debido a la gran demanda de perros guías ha ampliado las actuaciones de este tipo fuera de nuestras fronteras.

Rubén Martínez Valdivielso explica que no todo el mundo puede tener consigo a un compañero de cuatro patas. Antes de comenzar esa fase de su vida es necesario un periodo de adaptación y unos condicionantes previos. «No todo el mundo puede tener un perro guía. Hay que ‘graduarse’. Tiene que tener un objetivo porque no es una mascota. Tienes que pasar informes técnicos, psicológicos, con el jefe de departamento. Un perro guía te da más autonomía, pero debes poner de tu parte, para llegar a un momento en el que quieres desarrollar todavía más tu vida».

Si ustedes ven a un perro realizando su trabajo, no se dirijan a él como a una mascota, porque no lo es. Es algo más un compañero de vida. Forma un binomio de hombre y animal que se comunican más allá de lo perceptible.

NUEVAS OPORTUNIDADES 

Tomando el pulso de la situación de la ONCE en Burgos, su director destaca que en este momento se necesita personal para ser agente vendedor en Burgos. «Somos ahora mismo demandantes de empleo con personas con discapacidad. Para conseguir un punto de venta y vivir de la labor comercial. Con un 33 por ciento, de cualquier tipo de discapacidad, se puede optar a este empleo». Los interesados se puede dirigir a la ONCE en Burgos para recabar información. Una propuesta, una colocación que, según afirma el director provincial, «puede ofrecer a muchas personas que necesiten un trabajo y un desarrollo de vida con la ONCE.».

Esta es una labor que se realiza desde la organización para promover la inclusión de personas con discapacidades físicas, intelectuales y auditivas, con un enfoque en la formación y la empleabilidad.

No hay un número determinado de plazas para cubrir, ya que depende de varias áreas comerciales que se ha creado debido tanto al aumento de la demanda, como a la jubilación de los agentes vendedores. Están distribuidas tanto en la capital como en la provincia, a nivel de pedanías o ayuntamientos.

Otro de los proyectos que tiene en su agenda es la reunión con el ayuntamiento de la capital, con la alcaldesa Cristina Ayala, que estuvo presente en su toma de posesión oficial, para abordar algunas mejoras que considera necesarias. «Burgos ha evolucionado. Se aboga por la peatonalización, es una ciudad abierta de cara al público, y eso está francamente bien», explica Rubén.

A esta situación añade algunos peros, que sí se corrigen pueden ayudar a mejorar la convivencia social de las personas con deficiencias visuales. Por ejemplo, los semáforos sonoros y los audios en las paradas de autobús. «Un sistema que existe, que está implantado, pero a veces, o no se oyen o están apagados. Y es un dispositivo que resulta muy útil, pero que, en estos momentos, el funcionamiento en la ciudad de Burgos es mejorable».

Otro tema que podría abordar en la agenda con la alcaldesa es el de los obstáculos en las aceras. Situaciones que se crean, por ejemplo, a raíz de la disposición de las terrazas. «Se debería de consensuar una casuística específica, una unidad de criterios, para ayudar a moverte de una manera clara por la ciudad», apunta Martínez Valdivielso actuaciones de convivencia que son posibles y que harían de Burgos una ciudad mas accesible.

ONCE EN BURGOS 

En este momento hay más de 400 afiliados en la ONCE en la provincia de Burgos. Cada persona y familia es un caso diferente. Por ejemplo, explica Rubén, que hay muchas personas que llegan a la organización con una edad avanzada por problemas de desgaste de la vista, y que buscan para un apoyo en su condición visual.

En este sentido,Valdivielso anima a que se acerquen a preguntar y no esperen a un deterioro mayor, ya que muchas personas piensan que «mientras me apañe» pueden continuar adelante.

Sin embargo, además, del apoyo personal que ofrece la ONCE, la tecnología actual de la que se dispone supone la apertura a un amplio grupo de aplicaciones que ofrece servicios de primer nivel para mejorar de manera sensible la calidad de vida con aplicaciones para móviles que permiten volver a manejar el ordenador, leer, tener independencia.

Existe también un grupo de personas más jóvenes que por diversas circunstancias deben realizar el ‘ajuste a la ceguera’. En estos casos la ONCE cuenta con una red de apoyo global que no solo ofrece la autonomía personal esencial para que cada uno pueda desenvolverse por sí mismo, sino que pone en marcha las opciones de crear un futuro en su vida diaria en el ámbito laboral, con bolsas de trabajo y posibilidad de desarrollo personal.