Las 2.000 peticiones a la Catedral de Burgos del siglo XV al XVI

Entre mediados del siglo XV y finales del siglo XVI el Cabildo de la Catedral de Burgos era un centro de poder y de atención a la población burgalesa. También tenía entre manos terminar la inabarcable construcción de la Catedral. Y eso se refleja en su buzón de correos a donde llegaban cientos de peticiones de cobro, propuestas de solución a los problemas o limosna. Se han conservado en el Archivo de la Catedral de Burgos que sigue trabajando en descubrir cada legajo allí conservado. 

La Fundación Círculo y el Cabildo Catedralicio han presentado 'Libros de Peticiones Originales' que reúne todas las misivas pidiendo ayuda, apoyo o dinero al Cabildo, una institución de gran influencia. Las cartas escritas entre 1441 y 1572 reflejan  «la situación histórica a través de las peticiones presentadas en cada época y las soluciones dadas por el Cabildo». Para el presidente del Cabildo, Félix Castro, apunta que son «peticiones singulares que hay llegado a este archivo durante años, que a lo largo de los siglos han planteado sus necesidades y aspiraciones y que nos ayudan a comprender lo que fuimos entonces y que no es tan diferente de lo que somos ahora».  

2.000 peticiones: desde Bigarny a la condesa sin condado

En total se han registrado más de 2.000 cartas solicitando ayuda de todo tipo para todo tipo de cuestiones. «Las peticiones son muy variadas desde quienes piden limosna, constructores que piden que se les pague, artesanos pero también salen grandes personajes o quienes solicitan el censo, que eran casas en alquiler que eran propiedad del Cabildo», resumió el archivero de la Catedral de Burgos, Fernando Arce. 

Recuerda como «hoy recibimos una petición o solicitud en el correo, se imprimen y se guardan en una carpeta». Pues entre 1441 y 1572 hubo un «archivero que entonces reunió todas estas peticiones en pergaminos para que no se perdieran», explica Arce. En total tres libros en forma de pergamino. Esa meticulosidad ha permitido que esos legajos, esas peticiones muchas sin respuesta, pero todas llegaron y se archivaron, y a otras se las puede seguir la pista. «Se puede ver la trazabilidad del asunto desde que se solicita hasta que se resuelve aunque a veces esa resolución esta en un capítulo o en otro libro distinto», especifica. 

Entre las solicitudes destaca una carta firmada por el propio Felipe de Bigarny tras sus aportaciones escultóricas a la Catedral de Burgos solicita un beneficio eclesiástico para su hijo José. Lo consigue pero «en otra sección vemos que se lo quitan», destaca Fernando Arce. También hacen llegar auténticas facturas de construcción y embellecimiento de la Catedral. Por ejemplo el Maestro Hilario, rejero francés que erigió la extraordinaria Escalera Dorada que exige «un salario a sus oficiales porque con los que recibe no puede pagarles ni para carbón y pedía que se les trasladara igual salario que a los demás», explican las técnicas del archivo Esther Pardiñas, María Jesús González y Tamara Pérez. 

Otras peticiones como la del maestro cantero Bartolomé de Pieredonda que insistía al Cabildo que la reconstrucción del cimborrio, que se había caído, «se puso a disposición del cabildo para la reconstrucción porque creía que el nuevo proyecto, según las leyes de la geometría, no iba a aguantar», explican. 

¿El dramaturgo López de Rueda pidiendo limosna?

Lo más común son peticiones de ayuda o limosna. De los pobres de solemnidad, viudas y no solo de dinero. También para incluirles en la red de vivienda social denominada entonces censo en el que el Cabildo ponía en renta las viviendas de su propiedad y que para muchos era a lo que podían aspirar por falta de fondos. Una especie de VPO del medievo que gestionaba la iglesia. 

Aunque hay peticiones de limosna singulares. Por ejemplo, se ha encontrado una petición con una firma reconocible: el dramaturgo López de Rueda. El conocido como precursor del Siglo de Oro español pedía limosna porque no tenía para subsistir. «Se sabe que en ese tiempo vivía en el entorno de La Merced y todo nos hace sospechar que pudiera ser el dramaturgo López de Rueda», explica Pardiñas. 

No es el único conocido que requiere ayuda económica. Una concesa de Hungría solicitaba dinero para volver a su tierra. «Había iniciado un viaje para recuperar a su marido preso en Turquía y en el periplo había perdido todas sus propiedades». Otro noble, el infante Fernando de Castilla, que viaja de Lisboa a Flandes y «por el camino le han robado y dice que le han dejado en camisa con lo que pide ayuda».

 Pedía apoyo al Cabildo. También un hombre, García, criado de Pedro de Lerma, que «es esclavo, convertido al cristianismo, se caso en Aranda y pide el dinero que le falta para pagar su rescate». 

También hay quejas y reclamaciones como la de los vecinos de la Catedral que piden restituir el daño generado en su casa por el inicio de la construcción de la Capilla de la Condesa de Haro hoy conocida como Capilla de los Condestables, o un vecino de Jerez que pide ayuda para liberar a su hermano preso en Fez. 

30 años de recuperación

Además de presentar el curioso 'Libro de Peticiones Originales' la Fundación Circulo y el Cabildo de la Catedral han renovado el convenio para llevar a cabo el proyecto de catalogación e informatización iniciado hace 30 años y que ya cuenta con 250.000 documentos disponibles para su consulta on line. «Se han sucedido cantidad de catalogaciones de una gran labor de recuperación de los archivos que realizan las técnicos del Archivo Catedralicio pero también la de nuestro informático, Pedro Sánchez, por su gran labor de volcado de la información a nuestra web y a la de la Catedral por la que nos llegan felicitaciones de todo el mundo», explicó el presidente de la Fundación Circulo de Burgos, Emilio de Domingo. 

Una actividad que durante treinta años ha permitido preservar, catalogar y digitalizar un legado. «Detrás de todo este proyecto hay un esfuerzo compartido de un centro, la Catedral, que conserva ocho siglos de historia de la ciudad, un legado heredado que debemos conservar», señaló Félix Castro. Destaca que se debe preservar porque «cada legajo es reflejo de la evolución social, económica y cultural de la ciudad». La catalogación que permite «ordenar y archivar toda esa documentación para su consulta por parte de expertos e investigadores». Y su transformación digital permite «garantizar que esta riqueza cultural esté al alcance de la sociedad en general, esté  donde esté».