El Correo de Burgos

Así es la herramienta clave en la lucha contra el melanoma

El uso del dermatoscopio en centros de salud agiliza la detección en Burgos. Los médicos de Primaria remiten las imágenes de lesiones sospechosas al HUBU para un diagnóstico temprano, vital en estos casos

El facultativo muestra el funcionamiento del dermatoscopio

Un facultativo muestra el funcionamiento del dermatoscopioSANTI OTERO

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El melanoma es tipo de cáncer «en el que se ven afectadas las células responsables de dar color a la piel, llamadas melanocitos». No es el más frecuente dentro de los que afectan a este órgano, pues apenas supone un 4% de los casos, pero sí es el más agresivo «por su alta capacidad de expandirse a otras partes del cuerpo y originar metástasis». De ahí que un diagnóstico temprano pueda resultar, literalmente, vital.

Así lo recuerda la Asociación Española Contra el Cáncer y lo constata el médico de Atención Primaria en el centro de salud Comuneros Pablo Puente, dermatoscopio en mano, convencido del impacto positivo que la generalización de la teledermatología tiene en la detección y el tratamiento a tiempo de estas lesiones. Aunque los facultativos de Familia siempre permanecen alerta ante consultas vinculadas con problemas de piel que hagan sospechar de tal patología, este sistema permite incorporar de manera inmediata la imagen obtenida con el dermatoscopio al historial del paciente, junto con datos recabados a partir de su testimonio, tales como otros síntomas presentes que puedan ayudar.

El Servicio de Dermatología del Hospital Universitario de Burgos recibe y estudia el caso casi al momento para, de haber sospecha de malignidad, citar con premura al paciente para confirmarlo e iniciar el tratamiento correspondiente.

Mejora esta fórmula ostensiblemente la anterior derivación ordinaria como casos preferentes de los afectados por lesiones susceptibles de suponer un cáncer de piel de todo tipo.

El 70% de los carcinomas detectados son basocelulares, localizados, superficiales, poco agresivos y fáciles de eliminar. A estos se añade un 20% de espinocelulares, tumores malignos que al igual que los anteriores se presenta en zonas expuestas al sol durante mucho tiempo, también de peligrosidad relativa, pues presenta poca capacidad para generar metástasis.

El médico Pablo Puente, del centro de salud de Comuneros, muestra una imagen capturada con el dermatoscopio.

El médico Pablo Puente, del centro de salud de Comuneros, muestra una imagen capturada con el dermatoscopio.SANTI OTERO

Por volumen, pues, su frecuencia supera con mucho la de los melanomas. La teledermatología, con una imagen de alta resolución que muestre al especialista del HUBU la lesión, facilita notablemente el cribado de los casos para priorizar aquellos de mayor gravedad -que antes se acumulaban con otros preferentes a la espera de consulta- y ofrecer la respuesta más adecuada cuanto antes. «Este sistema permite conocer la opinión del dermatólogo en apenas unos días. Incluso hay casos claros de menor riesgo en los que puede no requerir cita en el HUBU y se nos traslada directamente el tratamiento a indicar. Es más, podemos derivar de forma directa al cirujano cuando esta solución sea evidente», relata Puente. Se acorta así un proceso que antes de disponer de estas herramientas podía prolongarse meses.

La incorporación del dermatoscopio en lugar de los móviles con los que en un principio se capturaban fotografías ordinarias de la lesión también ha supuesto una mejora. «Dispone de una luz y una lupa especial que permiten apreciar estructuras cutáneas profundas no visibles a simple vista», destaca, para explicar que en cada centro de salud cuenta con al menos un dispositivo, dos en los urbanos de mayor volumen de pacientes.

Además de aligerar las interconsultas con Dermatología, estos aparatos facilitan a los propios médicos de Atención Primaria el seguimiento de lesiones cutáneas de todo tipo, al disponer de imágenes de calidad para conocer su evolución.

50 casos al año

Aunque no maneja datos generales, Puente asegura que han aumentado las consultas relacionadas con lunares y problemas de piel al difundirse las ventajas de la teledermatología. Incluso constata que este sistema «ha permitido descubrir algún caso de melanoma en gente joven», colectivo en el que crece la aparición de este cáncer. Según el Observatorio de la Asociación Española contra el Cáncer, en 2023 se diagnosticaron 50 nuevos casos de melanoma en la provincia de Burgos, lo que supone una tasa de 14 por cada 100.000 habitantes. Si bien el auge no es escandaloso, tanto en el total de casos como en la incidencia relativa, el aumento es evidente y porcentualmente notable, al superar el 11 y el 16%, respectivamente.

Los afectados se distribuyen de manera equitativa entre hombres y mujeres. Por edad, aunque 16 de los 50 casos tienen más de 75 años, el resto se reparte en todos los grupos de edad, con cuatro pacientes menores de 40 y hasta 9 por debajo de 50 años.

En cuanto a la mortalidad, cabe recurrir a las cifras que cada año ofrece el INE relativas a defunciones por causa. La última, correspondiente a 2022, atribuye 11 óbitos al melanoma maligno de piel en la provincia, frente a los 8 de 2021 y a los 7 de hace una década.

Consejos para prevenir

Existen medidas para tratar de dar la vuelta a esta tendencia al alza. Incorporar hábitos de prevención disminuye el riesgo. Al respecto, Pablo Puente aconseja «evitar el sol, sobre todo en las horas centrales del día, y usar protección». Incide especialmente en la importancia de la reaplicación frecuente de crema solar, detalle que el grueso de la población suele obviar. «De poco sirve que usemos un SPF 100 si nos lo echamos una vez al día. Debemos repetir cada dos o tres horas», sentencia.

Signos a los que estar atentos: la regla ABCDE

Asimetría. El médico Pablo puente recuerda que la regla del ABCDE puede ayudar a distinguir un lunar normal de un melanoma. El primer síntoma que puede hacer sospechar de malignidad es que la mancha no sea redonda y que una mitad no sea igual que la otra.
Borde. Recomienda consultar también si el lunar presenta bordes desiguales, irregulares, borrosos o dentados.
Color. Otro signo de alerta es que registre un cambio de color o muestre varios. Los más peligrosos son los rojizos, blanquecinos y azulados sobre lesiones de color negro.
Diámetro.
Cuando el lunar mide más de 6 milímetros, o aumenta de tamaño, requiere vigilancia.
Evolución. Es preciso atender a si el lunar experimenta cambios de tamaño o forma.
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