CENTRAL NUCLEAR DE GAROÑA
Zapatero sólo podrá justificar el cierre de Garoña por política
Carece de consenso social que motive la clausura, el CSN dice la central es segura y su informe avala la posibilidad de ampliar la vida útil otros 20 años
R. G. U. / Burgos
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tendrá que fundamentar su más que probable anuncio del cierre de la central de Garoña en sus convicciones políticas puesto que los informes técnicos validan la solicitud de prórroga por diez años y ni siquiera le serviría de excusa su propio programa electoral en el que figura el compromiso de ir cerrando las nucleares «de forma ordenada en el tiempo al final de su vida útil, dando prioridad a la garantía de seguridad y con el máximo consenso social».
Zapatero se queda sin argumentos, ya que tras la manifestación el viernes en Miranda en la que 4.000 personas pidieron el mantenimiento de la central no parece que exista consenso alguno, sino todo lo contrario. Además, el Consejo de Seguridad Nuclear en su evaluación de la solicitud de ampliación del permiso de explotación de Garoña defiende que la vida útil de la central puede ser «mayor que la de diseño, siempre que las condiciones reales de operación hayan sido menos severas que las supuestas en el diseño».
Esta condición se cumple a rajatabla en el caso de la central burgalesa que «es la única central del parque español que ha tenido su historial del SISC (Sistema Integrado de Supervisión de Centrales) en ‘verde’ . El CSN sabe bien de qué habla ya que en la última década, bajo el modelo de inspección vigente para las centrales españolas que incrementa la media de inspecciones realizadas por el CSN a cada central hasta rondar las 20 anuales, ha «mejorado notablemente el conocimiento del estado de la central.