CENTRAL NUCLEAR DE GAROÑA
Rajoy llevará la supervivencia del reactor a su programa electoral
Partidarios y detractores critican la decisión de Rodríguez Zapatero
Unos, porque dicen que la central nuclear de Garoña debería seguir en funcionamiento 10 años más, y otros, por todo lo contrario, porque exigían que fuera cerrada de inmediato, partidos políticos, sindicatos, grupos ecologistas, organizaciones empresariales y otros colectivos descargaron ayer un aluvión de críticas contra la decisión del Gobierno. Únicamente el PSOE la aplaudió. Faltaban algunas horas para que el Gobierno hiciera oficial la esperada decisión cuando el líder de la oposición se adelantó a calificarla de «disparatada» y «producto del capricho personal del señor Rodríguez Zapatero». Pero más que marcar con firmeza su posición, lo que hizo Rajoy fue comprometer su futuro programa electoral con la supervivencia de la central. Hasta ahora, los populares habían dejado abierto al debate el futuro de la energía nuclear, pero desde ayer, habrán de incluir la promesa de que, con ellos, Garoña no cerrará. «Si finalmente se confirma que el cierre es para el año 2013 y nosotros llegamos al Gobierno», afirmó Rajoy, «pediríamos informe al CSN y estaríamos al dictamen del CSN. Quiero dejarlo muy claro, porque este punto irá en el programa del PP para las próximas elecciones». Joan Herrera (Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds), el diputado que más ha reclamado le cierre de Garoña, afirmó que la decisión de José Luis Rodríguez Zapatero es «lamentable, una farsa, una gran decepción y una muestra de su incoherencia. «Se ha arrodillado ante la industria eléctrica y nuclear», subrayó.Desde el PNV, el diputado Emilio Olabarria también lo consideró «decepcionante», así como un «incumplimiento manifiesto» del compromiso del PSOE en su programa electoral, indicó, según informa Europa Press. Josep Sánchez Llibre, de Convergència i Unió (CiU), también se mostró muy crítico, pero por motivos totalmente contrarios a los anteriores: dijo que se trata de «un grave error para el futuro económico e industrial», que Zapatero ha decidido porque «han primado los intereses particulares y electorales del PSOE frente al interés general».La Coordinadora Estatal Antinuclear –integrada por colectivos como Greenpeace, Ecologistas en Acción, Adenex, Amigos de la Tierra y otros grupos verdes–, no sólo criticó la medida sino que anunció que la recurrirá ante los tribunales.«Es una bomba en la línea de flotación de una de las palancas más importantes de la política industrial española, tanto desde la óptica de la innovación como desde la competitividad y la creación de puestos de trabajo», dijo.El único partido que apoyó la decisión, como era de prever, fue el PSOE. Hugo Morán, secretario de Medio Ambiente y Desarrollo Rural de los socialistas clausurar Garoña en 2013 «ejemplifica con claridad el cierre al pasado y una apertura al futuro».Pero no sólo fueron los políticos y los grupos ecologistas quienes criticaron la decisión del presidente del Gobierno. El Consejo Superior de Cámaras de Comercio, la patronal CEOE, el Foro Nuclear y la Junta de Castilla y León lamentaron que no siga en funcionamiento. También se mostró en contra del cierre el sindicato Comisiones Obreras. Su Federación de Industria expresó oposición a ésta y a cualquier otra medida que sin tener en cuenta los efectos industriales, laborales y sociales que pueda tener. El Gobierno «debería haber dedicado todos sus esfuerzos a proponer una estrategia energética para España, dijo.