CENTRA NUCLEAR DE GAROÑA
PSOE e IU tumban en Miranda una moción en deensa de la planta hasta 2019
Trabajadores de la central asistieron al plano
Mientras en el ámbito nacional se empezaba a entrever la decisión definitiva del Gobierno respecto del futuro de la central nuclear de Santa María de Garoña, en Miranda se materializaba una sesión plenaria extraordinaria convocada exclusivamente para debatir el asunto.Un debate que fue seguido en primera persona por numerosos trabajadores de la central, parte de la dirección de la misma y representantes de los empresarios mirandeses, y que se construyó en base a la presentación de una moción por parte del PP.En el documento, la oposición municipal pedía instar al ejecutivo nacional a prorrogar la licencia de operación hasta 2019.Después de prácticamente una hora de debate, acalorado por momentos, la moción se guardó en el cajón al ser rechazada por PSOE e IU.Siguiendo el discurso utilizado desde hace años, parecía claro que IU iba a votar en contra del documento, como así fue finalmente. El partido liderado por Conchi Ortega hizo hincapié una vez más en los «incidentes» registrados en la planta y en el balance exportador del sistema eléctrico español para defender su rechazo a la continuidad de Garoña.A pesar de ello, Borja Suárez, líder del PP en la ciudad del Ebro, intentó hacer cambiar la opinión del grupo apelando de manera significativa a la incidencia del empleo que tiene la central nuclear en la comarca.Así, tildó de «sinsentido» el hecho de que se cerrase una planta que «es segura, fiable e impecable». Así al menos lo avala el informe del CSN presentado a tal efecto. «Una ciudad con más de 3.000 parados no puede permitir» que se eche el candado a una empresa que «genera 1.000 puestos de trabajo». «Todo lo que no sea 2019 es hablar jugando con los intereses de muchas familias de esta ciudad», zanjaba Suárez ante los aplausos de muchos de los presentes en el salón de plenos.Lo que no parecía esperar el líder de los populares al inicio de la sesión fue el voto en contra elevado por el PSOE. Quizá por ello, en la segunda ronda de intervenciones, Suárez elevó el tono del debate, tildando al ejecutivo local de «hipócrita» en varias ocasiones. Crítica que el propio alcalde se ocupó de responder.A juicio de Campo, «todos sabemos que Garoña tiene fecha de caducidad». De esta forma, el primer edil subrayó que aunque su grupo y él mismo apostaban por la continuidad de la planta atendiendo a los parámetros de seguridad, no corresponde al Ayuntamiento tomar «una decisión de política energética nacional».Lo sí le corresponde es «pedir garantías» al ejecutivo central para que se aplique un plan de reindustrialización capaz de recolocar a los trabajadores de la planta. Un proceso en el que, según dijo, se tiene que «mojar» la Junta de Castilla y León.Todo ello con un objetivo: «que no pase lo de Zorita». Eso sí, dejando claro el rechazo a la construcción de un segundo reactor en las instalaciones del Valle de Tobalina o la instalación de un cementerio nuclear en la zona, ambas actuaciones planteadas en varias ocasiones desde diferentes ámbitos.eCRÍTICA A NUCLENOR. Uno de los momentos más controvertidos de la sesión tuvo lugar cuando Campo criticó abiertamente a Nuclenor delante de varios de sus empleados y directivos. Y es que, a juicio del alcalde, «Nuclenor tiene que pensar en sus trabajadores» y debería haber trabajado ya en un escenario que contemplase el cierre de la planta. A pesar de ello, afirma, la empresa «no se ha preocupado mucho».ePolo de desarrollO. Una vez finalizada la sesión, Ramón Torralbo, director de la planta nuclear, pedía la palabra para aclarar algunos aspectos. Echando mano de la normativa al respecto, el primer edil desestimaba la solicitud y el representante de Nuclenor se veía relegado a tomar la palabra fuera ya del edificio Consistorial. En la plaza de España, se lamentaba de que la moción no hubiese sido aprobada «por unanimidad de los grupos políticos», ya que considera que la industria nuclear es «uno de los polos de desarrollo de Miranda».