Adif ‘blinda’ la vieja estación y tapia hasta los túneles bajo los andenes
Los operarios continuarán los trabajos en los almacenes . Guardias de seguridad vigilan las instalaciones
R. TRAVESÍ / BurgosHasta que el traspaso de los terrenos de la antigua estación de trenes se haga efectiva y pase a manos del Ayuntamiento de Burgos, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) está dispuesto a mantener en las mejores condiciones posibles los viejos edificios aledaños a la terminal de Renfe.Los actos vandálicos y la ocupación de algunas de las estancias por okupas ha deteriorado unas instalaciones que hasta hace menos de un año prestaban servicio. Cansado de denuncias públicas y quejas de vecinos, Adif se ha puesto manos a las obras y, tras desalojar hace diez días a las tres familias que estaban repartidas por los edificios de la vieja estación, ha decidido proceder al tapiado de todas las ventanas y puertas.Incluso, ha sellado con ladrillos y cemento los pasos subterráneos que comunicaban los andenes. Túneles que acumulan todo tipo de basuras, después de que gente durmiera en su interior o que jóvenes realizaran botellones.Estos trabajos que comenzaron hace dos semanas en el edificio que antes acogía la sede de Cruz Roja Española, que tenía alquilado a Adif, han continuado con todas las dependencias que forman parte del complejo de la vieja estación de trenes y donde vivían rumanos, portugueses y una familia de etnia gitana. Este periódico ya denunció en agosto pasado que cientos de documentos con datos confidenciales de pacientes y justificantes de ingresos bancarios en favor de Cruz Roja cubrían el suelo del entorno de la vieja estación ferroviaria. Documentos que estaban en el interior del edificio desde que la entidad trasladó sus dependencias al nuevo edificio junto al estadio del Plantío.El desalojo de los okupas se realizó tanto en este inmueble como en una de las habitaciones de la terminal, que acogía taquillas, y en la antigua Comisaría de Policía, donde vivía una familia compuesta de siete miembros. Eran los que utilizaban las escaleras de uno de los túneles para tender la ropa. Hasta hace unos días, eran visibles las pocas pertenencias que dejaron en los andenes tras ser desalojados por los guardias de seguridad -contratados por Adif- y la Policía Local. Un sofá fue quemado la madrugada del sábado, cuyos restos eran visibles ayer, y todavía están algunos juguetes de los niños de esta familia. El desalojo se produjo -según fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias- para evitar que la vieja estación se convirtiera en un foco de pobreza y de drogadicción. También se buscó garantizar la seguridad de las dependencias y de las personas que en ellas habitaban. No en vano, había constancia que sus ocupantes realizaban hogueras para calentarse, que podrían ocasionar incendios. Los ‘sin hogar’ mostraron su sorpresa con la premura con la que Adif les obligó a desalojar los edificios, que tuvieron que recoger sus pertenencias y abandonar el lugar a lo largo de una mañana.La concejal de Servicios Sociales, María José Abajo, reconoció entonces que se hacía más que necesaria la actuación de Adif para limitar el acceso de personas con escasos recursos a las inmediaciones de la estación y, sobre todo, frenar el ‘efecto llamada’. Eso sí, afirmó que muchos de los desalojados eran viejos conocidos de los Servicios Sociales y que habían agotado todos los recursos y, que llegados a este punto, preferían vivir en «semi nomadismo».Los trabajos de los operarios se prolongarán durante unos días puesto que la empresa pública ha optado por tapiar todos los almacenes situados junto a la estación. Adif también ha decidido reforzar la seguridad, con agentes privados que vigilan el exterior de las instalaciones. Actuaciones que, a la vista del estado de las instalaciones que asemejan la ruina y el abandono, llegan tarde cuando no queda ningún cristal que romper y cuando las paredes de los edificios están llenas de graffitis. La ausencia de luz en la vieja estación de trenes es la aliada de los vándalos durante la noche. El Administrador de Infraestructuras es propietario también del edificio de Correos, donde está el Centro de Tratamiento Postal, y de las viviendas de los ferroviarios. Terrenos que en un futuro formarán parte del bulevar que han diseñado los arquitectos suizos Herzog y De Meuron.