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Inundaciones

Tienden a bajar los caudales del Ebro y el Odra

Las márgenes del Odra «ya no existen y los caminos entre fincas han quedado «destrozados». El Rudrón aún presentaba problemas en Covanera, Tablada y San Felices

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Burgos

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Las márgenes del Odra «ya no existen». Así de rotundo se expresaba ayer el portavoz de la Plataforma, Federico Yagüez. La fuerza de la corriente, que en la noche del jueves al viernes era de unos 60 kilómetros por hora, ha provocado la desaparición de las riberas del río en buena parte de los más de 20 kilómetros que recorre en la comarca entre Villasandino y Pedrosa del Príncipe, antes de juntarse con el Pisuerga.

Tampoco existen los caminos que han quedado «destrozados», aseguraba el alcalde de Pedrosa, Víctor Escribano. «Tenemos una buena papeleta», expresaba, no sólo con los caminos «sino con el agua potable, a la que ha entrado tierra y maleza», algo que en unas pocas horas «se podrá solucionar», recordaba.

El Odra había bajado a media tarde de ayer un metro y se situaba en los tres de altura. «Pero el panorama es desolador en los alrededores que están destrozados», aseguraba Escribano.

Por su parte, Yagüez lamentaba ayer estas circusntancias y reconocía la «imposibilidad» de resembrar dado que «a poco agua que baje, se va a volver a salir el río». Al desaparecer los malecones, el río Odra campa a sus anchas por las riberas y por los campos de cultivo. Los agricultores de la zona ya han visto como han perdido la totalidad del trabajo realizado en los últimos meses con la espectacular crecida, la mayor de los registros de aforo de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) en la estación de Pedrosa.

En la mañana de ayer, según informaciones de la Guardia Civil, la situación de las carreteras de la provincia era sensiblemente mejor a la del día anterior. Así, el río Ebro, a su paso por Frías, anegaba las márgenes, aunque no existía peligro para las viviendas. Se ha cortaba un camino asfaltado. El río Ubierna, que se desbordaba anteayer en Sotopalacios y Quintanilla Vivar, ha volvía a su cauce.

Sin embargo, donde sí existían ciertos problemas eran en la carretera de Villaverde Mogina, que estaba cortada por inundación del río Arlanzón, mientras que el desbordamiento del río Rudrón afectaba a las localidades de Covanera, Tablada del Rudrón y San Felices del Rudrón y el caudal del río Arlanza a su paso por Lerma estaba disminuyendo.

 

 

 

 Indignación en la comarca de Salas

CARMELO GARCÍA / Salas

 

 

 

 

 

 

 

Las riadas protagonizadas por el Arlanza, y su afluente más importante el Pedroso, han dejado un notable grado de indignación entre los vecinos de los municipios afectados por las anegaciones de las aguas fluviales.

Y es que fueron cuatro las carreteras afectadas por las riadas lo que transmitió una sensación de abandono entre los ciudadanos. Uno de los exponentes de esa reacción fueron las palabras del regidor de La Revilla-Ahedo, Juan Carlos Martín, a este periódico: «estamos abandonados de la mano de Dios».

Martín se refería a la periódica «visita» del río Arlanza que corta la comunicación con la N-234, aisla a sus conciudadanos y estropea en gran medida las tierras de labor. «Hasta bien entrada la tarda del jueves no se pudo transitar por la carretera», relató el primer edil.

El alcalde considera, al igual que otros muchos ciudadanos que viven en pueblos de las cuencas del Arlanza y del Pedroso, que falta de limpieza de los cauces es la causa de las inundaciones que provocan los cursos fluviales.

«Desde Salas, que esta vez no ha sufrido mucho la riada, hasta La Revilla, y más abajo, las riberas del río, que hace mucho tiempo no se limpian, tienen mucha suciedad y maleza que provocan presas que avivan la crecida», expuso Martín. De la misma forma se manifestaban en Pinilla de los Moros, donde el Pedroso cortó la vía hacia Vizacaínos en la zona de la «Huerta de Murcia».

 

 

 

 

 

 

Turbiedad del agua

 

G. I. T. / Miranda   J. C. R./ Burgos

 

La crecida generalizada de los ríos burgaleses se ha dejado notar también en Miranda, que ha visto cómo el Ebro triplicaba su altura en apenas 48 horas. Y es que, a pesar de que el nivel del río no superaba los 120 centímetros en la tarde del pasado miércoles, el aumento de las temperaturas y el consiguiente deshielo (acompañado de las lluvias intermitentes) propició que las aguas superasen a primera hora de la mañana de ayer los 4,25 metros de altura. Una situación que provocaba el desbordamiento del río en la parte más céntrica de la Arboleda. De hecho, el propio paseo de La Arboleda tuvo que ser cortado al tráfico para evitar accidentes. Lo mismo sucedió con los paseos de la ribera, cuyos accesos permanecen cerrados a la espera de que las aguas vuelvan a su cauce.

Ya en la noche del jueves, la repentina crecida del río a su paso por la ciudad obligó a activar la pre-alerta ante el riesgo de inundaciones, y tanto la Confederación Hidrográfica del Ebro como el Ayuntamiento mantuvieron una vigilancia especial de la evolución de la crecida. La situación más alarmante llegó durante la madrugada, cuando el Ebro alcanzó su máxima altura anual. A pesar de los temores iniciales, a partir de las 8 de la mañana comenzó a bajar tanto el nivel como el caudal, el cual llegó a alcanzar los 780 metros cúbicos por segundo.

Con todo, al cierre de esta edición continuaba la tendencia a la baja y la altura del río se situaba en torno a los....Según las previsiones que manejan tanto la CHE como el Consistorio, la situación volverá poco a poco a la normalidad. Eso sí, todavía habrá que prestar especial atención durante los próximos días.