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Burgos y 40 municipios del alfoz salen ya de la alegalidad y comparten agua

La creación de la sociedad Aguas de Burgos permite cumplir el requisito de la CHD / La ciudad conserva el control de las infraestructuras

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Burgos

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J. MAIQUES / Burgos

El Ayuntamiento de Burgos formalizó en la mañana de ayer el compromiso de la capital de abastecer el agua de 40 municipios del alfoz representados por 27 ayuntamientos. Se trata del penúltimo paso antes de que la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) autorice el caudal necesario para una población estimada de 256.000 habitantes (950 litros por segundo). Un número de habitantes que es más elevado que el real porque el consumo de la industria, por ejemplo, se contabiliza con una equivalencia poblacional.

La situación en la que se encontraba el Ayuntamiento sale de una situación de alegalidad que arranca el 16 de junio de 2003, fecha en el que la CHD requiere la constitución de una mancomunidad junto con los ayuntamientos que se abastecen de la red de la capital. Un requerimiento que se apoya en el Reglamento del Dominio Público Hidráulico de 1986 pero que también contemplaba, además de la creación de la Mancomunidad, otras dos posibilidades más: gestionar el agua de un Consorcio o de una sociedad municipal (una empresa pública). El siguiente paso se dio en el Pleno Municipal del 31 de octubre de 2008 cuando se aprobó por unanimidad que se llevaría adelante una transformación en sociedad anónima. Finalmente, el pasado 19 de noviembre se aprobó, de forma definitiva, la constitución de la Sociedad Municipal de Aguas que empezará a funcionar como tal a partir del próximo 1 de enero.

Lo que consigue el Ayuntamiento de Burgos con la creación de la empresa pública, además de tener capacidad de endeudamiento o la posibilidad de obtener beneficios (hasta ahora estaba obligado a cuadrar las cuentas a cero), es la capacidad de controlar las infraestructuras. Y es que, si la capital hubiera optado por el modelo de Mancomunidad, su voto no podría alcanzar el 50% en las asambleas. De este modo, la ciudad no tendría independencia para la toma de decisiones y dependería de terceros para las inversiones de futuro. En definitiva, un proceso que, tal y como señaló ayer el alcalde de la ciudad, Juan Carlos Aparicio, ha sido «arduo y complejo», pero del que hoy hay que felicitarse.

Solucionado el problema, ayer se procedió a la firma del convenio con los ayuntamientos de Arlanzón, Atapuerca, Barrios de Colina, Quintanapalla, Rubena, Fresno de Rodilla, Villasur de Herreros, Alfoz de Quintanadueñas, Cardeñadijo, Carcedo, Cardeñajimeno, Cardeñuela Río Pico, Castrillo del Val, Ibeas de Juarros, San Adrián de Juarros, Orbaneja Río Pico, Quintanaortuño, Quintanilla Vivar, Merindad de Río Ubierna, Sotragero, Tardajos, Rabé de las Calzadas, Las Quintanillas, Valle de las Navas, Villagonzalo Pedernales, Villayerno, Villalbilla y Hurones.