CERTAMEN AGRÍCOLA
El cultivo de girasol del Concurso de Producción superó las mil hectáreas
La comarca burebana destaca en el ámbito nacional por su alto rendimiento
GERARDO GONZÁLEZ / Briviesca
El interés de los agricultores de girasol por el prestigio del Concurso de Producción de Girasol de Tierra de Campos quedó patente en su tercera edición -celebrada durante el año 2011-, tanto en número de participantes como de superficie cultivada. Según datos de la organización, más de setenta de profesionales formalizaron su inscripción, representando así, una superficie superior a las 1.000 hectáreas.
Destacó así el alto rendimiento de las tierras burebanas, que ha colocado a la comarca en el mejor nivel de producción de girasol dentro del mercado nacional, lo que motivó a la empresa Pioneer de producción de semillas a escoger Briviesca para la entrega de los premios en la provincia de Burgos.
El premio al mayor volumen de producción fue para los agricultores Jesús Pérez de Frías -que alcanzó los 3.620 kilos por hectárea- y el briviescano Desiderio Munguía, quien logró 3.570 kilos por hectárea, ambos con la semilla PR63A40.
Los agricultores Ricardo Cormenzana, Quintana Martín Galíndez, y Alfredo Hermosilla Berzosa de Bureba, con la semilla PR63A86 y A40 respectivamente, fueron los premiados en la categoría de mayor producción de grasa del cultivo, con 51.3% y 50.42%.
Muchos recuerdan que hasta hace bien poco, el girasol no representaba un cultivo demasiado extendido en la comarca burebana, en comparación con los cereales, algo que huy ha cambiado mucho.
Así, muchos agricultores decidieron alternar en las explotaciones ambas plantas, mientras otros creyeron que el precio de la pipa la hacía más rentable que el cereal.
Es ya frecuente ver grandes zonas de cultivo de girasol incrustadas en los campos de cereal, donde además del rendimiento, actúan como cortafuegos en la cosecha de trigo principalmente. Los que han visto la posibilidad de un mayor beneficio en el cultivo del girasol señalan que el gasto en abono y productos fitosanitarios es menor que en el cereal.
A esto se añade el alto rendimiento de las tierras de la comarca con lo que resulta más viable económicamente. La posibilidad de dar un doble uso a la pipa del girasol, alimentario e industrial, también permite contar con mercados más abiertos y competitivos que en el caso de la producción de cereal.
El girasol es un cultivo estratégico y en ascenso en toda la región, en la que la pasada campaña ocupó una superficie cercana a las 200.000 hectáreas. De éstas, en torno a 50.000 correspondieron a Burgos, primera productora de la región y una de las principales en España.