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Burgos en camino

Una hendidura en mitad del Sabinar milenario

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Burgos

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J. C. R. / BurgosEn la Yecla el sol tiene prohibido el paso por las rocas. El corte de arriba a abajo de la montaña ha creado uno de los más bellos parajes de Burgos: una profunda y estrecha garganta excavada en los espesos bancos de calizas que caracterizan el relieve de las Peñas de Cervera.Una serie de puentes y pasarelas colgantes, permiten recorrer este desfiladero de apenas 600 metros en el que los sentidos se despiertan al contacto con esta abrupta naturaleza.La Yecla es Parque Natural, declarado así para proteger su fauna y flora y para potenciar sus atractivos al turismo. El desfildero, cincelado en la caliza y horadado por la acción de las aguas del arroyo El Cauce durante millones de años se presenta humilde pero con majestad ante los ojos del visitante que se sorprende de ver tal maravilla de la naturaleza. Entrar en la garganta de la Yecla es sumergirse en un mini paraíso natural. El paseante puede tocar con las yemas de los dedos las piedras de las paredes y sentir la humedad de sus piedras. Puede saborear el paso de tiempo porque también es historia repiqueteada por los sonsonetes del agua que se desprende de las rocas y llega al fondo del arroyo. No hay estruendos en la Yecla. Sí un susurro constante del agua que desgasta poco a poco la roca y que la hace vulnerable Enclaustrados en la parte central, su anchura apenas llega a los dos metros, se oye de fondo el agua, pero la vista se escabulle por las rendijas de la piedra para contemplar a decenas de parejas de buitre leonado que anidan sobre sus cumbres. La bajada y salida se efectúa junto a las entradas de los dos túneles de la BU-991 Silos-Caleruega, a tres kilómetros de la villa de Santo Domingo de Silos.El desfiladero está incluido en el Espacio Natural de la Yecla y los Sabinares del Arlanza, que abarca más de 26.000 hectáreas con el valle medio del Arlanza, las Peñas de Cervera, el Cañón del río Mataviejas, la Meseta de Carazo, el Monte Gayubar y las Mamblas. Aquí se localiza uno de los más extensos y mejor conservados sabinares de Europa, con ejemplares que superan los 2.000 años de vida. También encontramos masas de encinas, quejigos y rebollos, y abundante fauna. La sabina albar (Juniperus thurifera, que significa ‘productora de incienso’), es una especie superviviente de épocas prehistóricas. Paraje de magiaLa Yecla forma con Silos, Covarrubias, San Pedro de Arlanza, Salas y Lerma un conjunto turístico de primer orden. El viajero puede deleitarse con la naturaleza del entorno de los Sabinares del Arlanza y la monumentalidad de San Pedro. Con el arte y la historia de Covarrubias donde la Princesa Kristina de Noruega tiene su santuario; la trama barroca de Lerma con los mejores restaurantes de la comarca y la sencillez de Salas que le ofrece al visitante la huella del pasado de los dinosaurios. Todo un lujo para los sentidos.SabinaresBuitresAgua y roca