BURGOS EN CAMINO / Valle de Zamanzas
El renacer de la vida entre Zamanzas y Manzanedo
Las rutas señalizadas en la provincia de Burgos permiten conocer, en un paseo sosegado, algunos de los parajes más ocultos de la geografía local, Zamanzas es uno de ellos
J. C.R . / BurgosEl Ebro se cruza por el camino en el norte de Burgos en innumerables ocasiones. La herida que el Ebro y el Rudrón causaron hace miles de años a la capa terrestre ha cicatrizado en forma de cauce de agua y agreste vegetación. La piedra caliza ha permitido que los ríos penetraran la altiplanicie mesetaria de Castilla para esculpir caprichosas formas en Orbaneja o el feroz Cañón del Ebro, entre la misteriosa Cortiguera y Pesquera de Ebro. Encinas y vegetación de ribera complementan la impresionante visión desde lo más alto de la garganta. Pero no menos bello es el desfiladero de Los Tornos, en Tudanca, o la Sierra de Albuera en Barriolacuesta. Villanueva RampalayLos impresionantes macizos calizos encierran en el Valle de Zamanzas una naturaleza agreste poblada de robles y quejigos y entre los bosques se desperdiga una docena de pueblos que guardan el sabor rancio de aquella vieja Castilla que rumió en sus tiempos de juventud el incombustible Miguel Delibes, hoy fallecido.Los nombres de los pueblos son muy evocadores y curiosos: Ailanes, Robredo, Gallejones, Barriolacuesta, Quintanilla Colina, Villanueva Rampaly… Lugares que tienen un encanto especial y que la modernidad, la falta de trabajo y las deficientes comunicaciones están dejando despoblados.El puente medieval de Villanueva Rampalay era el único paso y punto de encuentro entre los valles de Zamanzas y Manzanedo. Esta infraestructura es el resultado de la construcción de Ferrán Peláez sobre otro puente, quizá romano, como da cuenta el escritor y fotógrafo burgalés Enrique del Rivero. Incluso apunta que pudo tratarse de un hito en una ruta jacobea secundaria.En cualquier caso, este puente es el acceso natural a uno de los valles más bellos de la provincia y al mismo tiempo menos conocidos. Hoy quizá un poco más por el afán señalizador en las rutas por los caminos y viejas vías burgalesas y por su cercanía al Cañón del Ebro.Consta de un gran arco central y diversos arcos decrecientes a sus lados, sin embargo la utilidad de este puente esta en la actualidad en desuso debido a la creación reciente de otro puente de arquitectura más contemporánea. ManzanedoLa carretera nos lleva camino del Valle de Manzanedo pero antes hay que detenerse en Ailanes para ver las ruinas de la ermita de la Virgen de la Cuesta. Una impresionante construcción del siglo XVI, hoy en ruinas, y que la Fundación Santa María la Real ha incluido en su elenco de recuperaciones.El Valle de Manzanedo aguarda. El primer pueblo que encontramos es San Miguel de Cornezuelo, un curioso pueblo apellidado con el nombre de un hongo parásito de los cereales, fundamentalmente del centeno. Pero antes hay que pasar por Arreba y sus dos barrios con los restos en una de sus crestas del viejo castillo.Más allá, junto a Cubillos del Rojo, aguarda la joya rota del Monasterio de Rioseco, pero ese capítulo vendrá más adelante.