PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO
El retablo de Rubena será el eje de un nuevo proyecto de impulso turístico
Se trazará una propuesta que ofertar desde el seno de la Mancomunidad Encuentro de Caminos Sierra de Atapuerca, cuya adhesión fue aprobada en el Pleno de la Diputación
M. M. / Burgos
El recientemente restaurado - y en breve inaugurado-, retablo de Rubena será el eje del proyecto turístico que los responsables municipales de la localidad ya han comenzado a elaborar para atraer el interés del público. El proyecto se sumará así a las variadas iniciativas turísticas que ya se impulsan desde la Mancomunidad de municipios Encuentro de Caminos Sierra de Atapuerca, de la que Rubena forma parte desde abril, tras aprobarse en el pasado Pleno de la Diputación Provincial dicha adhesión a la Mancomunidad.
El actual edil, Ismael Ruiz, explica que una vez restaurado el retablo -trabajos iniciados a finales del pasado año y concluidos hace poco más de un mes tras una inversión de unos 60.000 euros-, «hemos querido convertir éste en el principal reclamo de un proyecto con el que dar a conocer su valor y belleza pero también la riqueza del entorno natural que nos rodea», comentaba. «Y ofertarlo como una más de las propuestas que desde la Mancomunidad impulsan el patrimonio de otras localidades de la zona», añadió Ruiz.
Recuerda que la posibilidad de entrar a formar parte de la Mancomunidad ya surgió en 2008 en que se hizo una propuesta al equipo de gobierno existente para entrar. «Pero la falta de un pilar patrimonial destacado sobre el que sustentar e impulsar nuestra localidad hizo que no se siguiera adelante y se aparcara todo», comentaba.
Algo que ahora sí están convencidos de poder ofrecer, ya que el retablo cuenta con más de 400 años de historia y es de una gran belleza. «Lo que hace de él un atractivo para acoger visitas guiadas, o ser el punto de inicio de otras rutas que la Mancomunidad -que centra gran parte de su actividad en el impulso del turismo y la cultura-, tiene en marcha en otros puntos de la comarca». Entre ellos, el paso de la calzada romana por Quintanapalla, la riqueza arqueológica de la sierra de Atapuerca, las viejas minas de Olmos de Atapuerca, así como establecimientos de turismo rural del entorno.
El alcalde recalca así la enorme actividad que desde la Mancomunidad se lleva a cabo, a cuyos agentes de empleo local ya han pedido ayuda y consejo, como conocedores del mundo turístico.
Importante impulso a la zona
Ruiz recuerda que las conversaciones entre los responsables municipales de Rubena y el Arzobispado sobre la posible rehabilitación del retablo comenzaron años atrás en que fue evidente su degradación.
Se buscó entonces el acuerdo entre ambas partes para buscar financiación para los trabajos, «los cuales se estimaron en 60.000 euros que el Ayuntamiento no podía cubrir», comentó. Finalmente, éstos fueron realizados por el Taller Diocesano a cambio de la aportación municipal de 30.000 euros, y la cesión de un pequeño terreno donde construir la casa del cura.
Gran interés de los lugareños
Como explicaba Antonio Ibeas, responsable del Taller Diocesano, «uno de los detalles que me llamó la atención fue el gran interés de los habitantes de la localidad, quienes venían desde el primer día a vernos y prestarnos su ayuda, algo que anima a realizar mejor aún el trabajo», afirmó.
Para ello, recuerda que se decidió soltar el retablo por partes, para lo que se usaron pequeñas grúas ante el gran peso de algunas de éstas, «lo que había generado algunos de los problemas observados, como era la pérdida de verticalidad del conjunto,- al estar prácticamente sueltos los enganches de éste al muro- y de horizontalidad, lo que dio lugar a grietas y 13 centímetros de separación», recordó.
De estilo romanista y fechado en 1610, el retablo cuenta con 9 metros de alto y 7 de ancho, y casi un metro de fondo. Apoyado en un banco de piedra, lo forman dos cuerpos divididos en 5 partes -cuyo eje central se dedica a la Asunción-, y en cuya realización Ibeas destacó a Miguel Gutiérrez, Manuel Argüello y al dorador Jacinto de Anguiano. A la hora de detallar los daños, Ibeas remarcó la existencia de estrófagos y de grietas en las piezas, con lo que sólo se reintegraron las partes que faltaban, además de limpiar la suciedad, en gran medida causada por el humo de las velas, «por lo que les pedimos que eviten volver a usarlas».