Agés refuerza su riqueza artística con la muestra de la obra de Raventós

M. M. / Burgos

La pintura y la tradición serán estos días una excusa más para que Agés se convierta en el objetivo de los visitantes que este mes quieran acercarse a la localidad burgalesa, sumándose así a los miles de peregrinos que ya van y vienen gracias al Camino de Santiago. O se quedan, como fue el caso de la noruega Ania Lund, quien en el año 2003 decidió quedarse, y que estas semanas convertirá la segunda planta de su domicilio -conocida como la Casa Caracol-, en una sala de exposiciones temporal.

Esta propuesta cultural se sumará así a los trabajos llevados a cabo estos meses de recuperación de la vieja fragua que se sumará así al potro anexo, aunando así el interés por el arte moderno a la par que por el mantenimiento de las viejas tradiciones. «De hecho, los trabajos ya están concluidos y queremos inaugurarla en breve, sumándose así al potro anexo y al lavadero, que también se han recuperado como elementos históricos a conservar», explicaba Lund, quien estuvo acompañada por el lugareño y también artista, Ángel García.

Éste explicó que también él ultima una nueva cita cultural, una escultura en madera con la que decorará un pequeño espacio público anexo a la iglesia, y con la que sigue una práctica que lleva a cabo desde hace varios años, y que en 2011 protagonizó su instalación llamada El bosque se pone las botas, en la que conjugó 40 especies arbóreas plantadas en calzado.

La propuesta cultural de Agés se completa con la exposición de fotografías de J. Ramón Ibáñez Lanchares que acoge El alquimista.

Y mientras se cierra la fecha para abrir al público la fragua ya restaurada, mañana sábado Lund abrirá las puertas de su casa a las obras de Marc Raventós Pagés, y su último trabajo titulado Viaje del Ganges a Agés, cuya exposición se inaugurará hoy sábado a las 19 horas, y que podrá visitarse hasta el día 17.

Lund recuerda cómo conoció al artista años atrás, cuando éste iniciaba un viaje a La India, donde permaneció unos 10 meses para realizar su tesis doctoral, basada en los nexos de unión que él encontró entre el Delta del Ebro -con el que le unía una estrecha relación personal-, y el Delta del Ganges.

«Él lo plasmó en varios libros y un diario, donde reunió registros sonoros del entorno - de animales, personas, lugares y espacios que fue conociendo-, a los que acompañó con dibujos en papel que él realizaba diariamente, algunos de los cuales podrán verse en esta muestra».