Mil años de historia al abrigo de los Obarenes

J. C. R. -  A. DE LA FUENTE  / BurgosLos Montes Obarenes se olvidan de que a muy pocos kilómetros de sus paredes altivas nació hace mil años una villa que aún guarda el olor a batalla; el sabor al humo que sale de sus chimeneas en el invierno, la primavera y el otoño; la vista verde [y amarillo en otro tiempo] y azul del cielo raso; el sonido del agua de la fuente golpearse contra la roca de su pila; o el tacto rugoso de las paredes de ladrillo de sus casas más notables.Es Santa Gadea de Cid, la que mil años la contemplan; aquella a la que dieron en llamar Término y que amurallaron para protegerla. Y de aquellos afanes, mil reliquias quedan. El pueblo, hoy, conserva el original trazado de sus calles y el sabor de sus casas de origen medieval. Siempre rodeada de un recinto amurallado, quedan sus puertas que le marcan al caminante qué destino tomar. Al fondo, en el horizonte se divisan, casi sin querer al alzar la vista, los restos de una altiva fortaleza.Es su castillo, un edificio que se remonta al siglo XI, pero después fue reconstruido en el XV. Conserva la torre del homenaje y parte del vallado.Paseo históricoY bien vale pasear por la villa para que quien se da una vuelta por ella, aunque sea breve, para darse cuenta de dónde se encuentra uno. Tocar las paredes es darse de bruces con la historia. Casas de siglo y medio; de dos o tres siglos... o cuatro... qué más da. Construidas al más puro estilo castellano del medievo con sus entramados rellenos de ladrillo de tejar.La iglesia parroquial de de San Pedro, gótica, que alberga un retablo del siglo XVI; la ermita de Nuestra Señora de las Eras, románica del XII.  Muy cerca de la villa se encuentra el Monasterio de Nuestra Señora del Espino, lugar de espiritualidad, de retiro y sosiego para las almas que necesitan paz.Pero Santa Gadea este año es mucho más que historia. Celebran con gozo parte de ese legado. Cumplen mil años. Y por eso, los vecinos de Santa Gadea del Cid, con el Ayuntamiento y sus siete asociaciones culturales al frente, trabajan todo el año para celebrar el milenario de la primera mención documental de Término, denominación con la que se conocía al antiguo barrio de la villa -hoy desaparecido-.Por esto, su presente; por su pasado; y por su futuro, bien merece la villa un paseo sosegado