Una obra de Dios cincelada por el Nela y el tiempo

J. C. R.  / BurgosSea una leyenda o sea realidad, un lugareño, al calor del hoguera, relataba una historia que, por qué no, pudo ser cierta. Decía que hace miles y miles de años, Dios bajó a la Tierra y tocó con sus dedos el agua del Nela; había terminado de modelar a Adán y quería quitarse la arcilla de las manos. El río acababa de nacer muy cerca de Busnela, y era un ‘debilucho’ cauce de agua. Pero las manos divinas hicieron que el río tomara fuerza y pronto se convirtió en un torbellino que chocaba y chocaba con ímpetu sobre la piedra caliza hasta horadar el ojo del puente.  Cumplida la tarea, el Nela calmó su furia. Muy cerca nacían arroyos que alimentaban al río y jugaban a dejarse caer desde los riscos. Arriba Dulla, a 1.143 metros de altitud; abajo sus canales que serpentean la montaña y se rompen en La Mea.Historias que nadie sabe si un día fueron realidad o ficción. El entorno de Puentedey es uno de los más impresionantes de la provincia de Burgos. Las  aguas son las reinas de estos parajes y constituyen el elemento natural imprescindible para dotar de vida el entorno, así que bien pudo el Creador colocar en Puentedey el escenario en el que modeló al primer hombre y a la primera mujer. Si el Génesis hubiera sido mejor estudiado, los exegetas habrían situado aquí el Edén, seguro.La villa está rodeada de montañas, al sur de los Canales del Dulla. Estos cañones se encuentran en la zona más al oeste del complejo de Ojo Guareeña y lo conforman los barrancos de La Mea, muy cerca de Puentedey; La Mata, Dulla, la Corza, Valdecastro y El Coladero.Pero lo impresionante de verdad la contemplación de esa impresionante formación rocosa horadada por las embestidas que en otro tiempo le hizo el río Nela. Curso que nace, por cierto, unos kilómetros más arriba en Busnela.Sobre el puente natural las casonas solariegas se reperten por doquier con los tradicionales balcones corridos, muy típicos en toda la comarca norte. El misterio quedó también impreso en la portada de su iglesia en la que un guerrero lucha contra algo parecido a una serpiente. Una alusión a la derrota del diablo.La MeaSatanás tiene su guarida muy cerca, en Quintanilla Valdebodres donde han dado el nombre del Pozo del Infierno a una surgencia de agua de más de cien metros de profundidad. Se trata de un manantial por el que se desplazan en el interior de la tierra las aguas de los canales del Dulla. Antes de llegar Quintanilla Valdebodres, a 800 metros de su casco urbano, entre esta localidad y Puentedey, a izquierda de la carretera nace la senda que lleva a la Cascada de La Mea.Los trescientos metros que separan la carretera de la caída de agua son un delicioso paseo entre quejigos y encinas. El barranco tiene su máxima amplitud a pie de vía y se estrecha conforme se llega a su final.