El Correo de Burgos

TRADICIONES

La Cabaña Real de Carreteros vuelve a La Bureba por la Ruta de la Sal

Su objetivo es apoyar la declaración de la Unesco a las salinas de Añana y Poza

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Burgos

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G. G. / Briviesca

Las carretas tiradas por bueyes y mulas volverán a transitar por la comarca burebana como antaño,  de la mano de la Cabaña Real de Carreteros en su XII Ruta Carreteril. El objetivo de esta recreación del antiguo gremio de carreteros es el de apoyar la declaración de Monumentos de la humanidad por la Unesco del entorno cultural de las salinas de Poza y Añana.

Como ya hicieran hace algunos años, recorrerán la llamada Ruta de la Sal en el tramo que unía en el pasado las explotaciones salineras pozana y alavesa, dividida en ocho etapas.

Así, los carreteros llegarán el próximo sábado a la villa pozana desde el Páramo de Masa, para continuar la jornada siguiente hasta la villa de Oña en su segunda etapa. Los días 10, 11 y 12 la caravana carretera se desplazará entre Oña, La Aldea del Portillo de Busto y Frías saliendo de la comarca en dirección a Quintana Martín Galíndez el último día.

Desde ese punto completarán las tres jornadas restantes entre Quintana, San Zadornil, Valpuesta, Espejo para finalizar en las salinas de Añana en territorio alavés.

Intercambio de productos

Este evento recordará el antiguo vínculo de los carreteros serranos

y los salineros pozanos y alaveses que durante siglos intercambiaron

materiales y productos por la preciada sal.

Como es costumbre los carreteros seguirán los antiguos caminos guiando las yuntas de bueyes que hasta la llegada de los vehículos mecánicos eran el medio de transporte principal.

De hecho, en sí mismo el tráfico de mercancías carreteril constituye una auténtica cultura particular que al contacto con las locales de los salineros dieron lugar a usos y costumbre particulares.

Como ejemplo de ello destaca la fórmula de comercio, el trueque, más común en el pasado entre carreteros y salineros, siendo el pino serrano un elemento clave para la explotación de la sal.

Esto era así porque las preciadas cañas de madera de pino permitían transportar la salmuera de los pozanos a las eras y en contrapartida los carreteros recibían la preciada sal de Poza que partía hacia lejanos destinos.

Floreciente comercio

La simbiosis entre carreteros y salineros dio como resultado el diseño de vehículos especialmente construidos para el transporte de mercaderías y materiales de este durante siglos floreciente comercio. Así, las carretas tenían una capacidad de carga de 12 fanegas, 500 kilogramos, desplazándose en largos convoys de hasta treinta atravesando los caminos de piedra y tierra.

La dureza de esta vida trashumante que unía las comarcas burgalesas de Pinares, Las Merindades y La Bureba solamente se comprende parcialmente sabiendo que los animales de tiro empleados eran casi de forma exclusiva bueyes y vacas de la antigua raza serrana.

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