Conjuros para ahuyentar a las brujas de Villamayor

J. C. R. / BurgosEl páramo deja a la intemperie al caserío de Villamayor de los Montes. En otra época, los encinares y bosques de roble carrasco y rebollo, llenaban esta estepa hoy amarilleada por el verano y rala en otoño a la espera de un largo invierno en la que las heladas burgalesas quemarán la tierra para hacerla fértil en la próspera primavera del año que viene. Entre esa sinfonía de colores y olores se levanta el monasterio de Villamayor de los Montes; un cenobio cisterciense dedicado a Santa María la Real en el que conviven 15 religiosas.Más allá de la tradición cristiana; de la tarea propia del «ora et labora et studium» de las Regla de San Benito, Santa María la Real guarda con celo un secreto. Un misterio.Las religiosas siguen vendiendo, muchos siglos después de la ‘Santa Inquisición’, sus cartillas contra las brujas o estampas de San Benito.Son unas jaculatorias, unos rezos en latín y en castellano que sirven para ahuyentar las fuerzas del mal, al mismo Satanás, y que dicen: «Cristo vence, Cristo reina, Cristo te proteja contra todo mal. Malvados y condenados demonios: en el nombre de los santos nombres de Dios: Mesías, Enmanuel, Soler, Sabaot, Agios, Ischiros, Athanatos, Jehová, Adonai, y Tetragrámaton, os arrojamos y separamos de esta criatura».Sigue el conjuro ocho líneas más y acaba con una oración. En la página impresa en latín se reproduce el reverso de la cruz de San Benito, de quien toma el nombre la cartilla.En la página web de las religiosas se da a entender que ellas están alejadas de todo tipo de secreto, misterio o brujería. No citan para nada los conjuros; [http://www.monasteriodevillamayor.com] Por contra, se puede leer y entender su forma de vida: «Cada una de nosotras vamos integrándonos en este orden material y espiritual. A todo esto nos mueve el amor de Dios. Vivir este proceso de conversión a la vida monástica es los que ha llevado a los monjes cistercienses a través de los siglos al amor a Dios, a sí mismos y a los hermanos. Sabemos que por nuestra entrega escondida en el monasterio Dios se comunica al mundo».Brujería y satanismoLas brujas tuvieron su apogeo y también su declive en los siglos XV y XVI con la Inquisición, que las persiguió en toda la Península y sobre todo en el norte del país, en los territorios hoy conocidos como Navarra y País Vasco.En los pueblos de Castilla, viejas leyendas hablan de episodios brujeriles. En Burgos, Cernégula y en Navarra Zugarramurdi, por poner sólo dos ejemplos.Pero, ¿quiénes eran las brujas y qué relación tienen con el satanismo? Quizá la segunda parte de la pregunta sea más sencilla de responder que la primera. Probablemente, ninguna relación con el Diablo. Pero entonces, ¿porqué se las vincula con escobas encantadas, con conjuros de magia negra y con sacrificios humanos?La respuesta: por la naturaleza del Santo Oficio que las perseguía y que a hechos relativamente sencillos de explicar, a reuniones clandestinas y a cánticos mundanos, mujeres que se rebelaban contra el dominio machista de la sociedad, la Inquisición, cierto sector de la Iglesia, los consideraba voces del Infierno y actos de Satán. Por ello, muchas mujeres –hoy las llamaríamos feministas- acabaron en la hoguera.Si el curioso lector tiene un rato, pásese por Villamayor y compre en su monasterio una cartilla. Se convertirá en objeto culto, sin duda.