La Vía de Bayona, ruta primigenia de peregrinación

G. G. / Briviesca

El Camino de Santiago y Briviesca fueron objeto de un completo análisis durante la jornada de ayer, en la que se constató el papel de la Vía de Bayona como ruta primigenia de peregrinación jacobea, con Briviesca como punto de referencia, durante la recta final del ciclo de conferencias 'Briviesca a través del Tiempo'.

En ella se tocó así un tema que hasta hace pocos años permanecía en el olvido dentro de la larga historia de la capital burebana. Es el papel que Briviesca jugó en las peregrinaciones a Santiago de Compostela, que comenzó pocos años después de la invención o descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago por el obispo de Iria, Teodomiro, hacia el año 830.

Según el ponente, Jesús Aguirre, presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Burgos, hasta la apertura y posterior consolidación del Camino Francés, una vez superado el problema de la dominación árabe en el norte peninsular, la identificación entre el camino medieval y la calzada romana resulta inevitable.

Así queda constancia de la utilización de la Vía Aquitana, así como del Camino de la Costa, difícil, accidentado, más inseguro y prácticamente sin poblaciones en las que apoyarse, como caminos de peregrinación. En eso contexto queda por tanto confirmado que Briviesca ha sido paso obligado desde los primeros tiempos de la peregrinación a Compostela, teniendo una importancia mayor en ella antes de la consolidación del Camino Francés.

El mismo emplazamiento de la ciudad, coincidente con el de la antigua mansión romana de Virovesca a la que se dirigía la Vía Aquitana, la Vía I del Itinerario de Antonino hace evidente que los primeros peregrinos jacobeos cruzaron la misma. A ello se suma el uso de las calzadas romanas, como primeros caminos de peregrinación así como toda la documentación medieval, lo que hace destacar la importancia relativa de la ciudad como centro comercial de la zona.

De hecho, su ubicación geográfica la convertía en una etapa importante en la red de caminos que desde el centro de Castilla se dirigen, incluso actualmente, hacia el Cantábrico, la Rioja y Francia.

En cuanto al peso de Briviesca dentro del Camino, éste se mantuvo en vigor hasta que Sancho III el Mayor de Navarra asumió el control político de los territorios de los reinos cristianos del norte de la Península a principios del siglo XI. En ese momento potenció la vía que enlaza las ciudades bajo su dominio, desde Pamplona y Nájera a León y Astorga, pasando por Burgos.

Desde ese momento distintos monarcas y por diversas circunstancias e intereses, junto con la publicación del Codex Calixtinus a mediados del siglo XII, convirtió el Camino Francés en el camino de peregrinación por excelencia especialmente durante los siglos XII y XIII. Paralelamente la Vía de Bayona se fue articulando como una ruta comercial que surge de una ciudad, Burgos, que es centro comercial de una extensa zona geográfica, y en la que los peregrinos y viajeros aprovechan las infraestructuras viarias y asistenciales existentes.

Finalmente, el ramal de Bayona del Camino de Santiago queda casi exclusivamente convertido en el Camino Real a Francia, separado de la peregrinación y, paralelamente, cada vez más transitado.