El Correo de Burgos

INDUSTRIA

«No se puede jugar con las personas y con un territorio»

El alcalde resume el sentir de buena parte de los vecinos del entorno de la central nuclear de Santa María de Garoña, aunque otros celebran el cierre

Burgos

Creado:

Actualizado:

J. M. ALONSO / BurgosComo todo 16 de diciembre que se precie, hace un rasca que pela a las puertas de la central nuclear de Santa María de Garoña. Es una prueba más de que nada ha cambiado. Han pasado 41 años desde su puesta en funcionamiento y da la sensación de que el reloj se ha detenido en este enclave burgalés situado a las puertas de Álava. Persiste el zumbido que golpea incesantemente al oído como un martillo pilón y que hace prácticamente inaudible el agradable correr del agua del embalse que abraza la instalación. Las patrullas de la Guardia Civil siguen vigilando el perímetro del recinto, marcando a todo aquel que merodea por la valla de seguridad. Porque parece ser que se está ante el fin definitivo de Garoña, aunque nadie se atreve a poner la mano en el fuego. A las 23.00 horas de ayer, la central nuclear realizó la que puede ser su última parada programada para descargar combustible del núcleo a la piscina de almacenamiento. Que se vuelva a conectar de nuevo a la red eléctrica para seguir operativa se antoja muy complicado con la reforma del sector energético que ha planteado el Gobierno español para 2013 y que gravará especialmente a las centrales nucleares. La propietaria Nuclenor, participada al 50% por Iberdrola y Endesa, ha decidido adelantar el cierre, previsto para julio de 2013, tras no solicitar la prórroga de la concesión por otros seis años que había habilitado el Gobierno español, para no hacer frente a los 153 millones en impuestos por una ley que, a priori, será ratificada esta semana con vistas a su entrada en vigor el 1 de enero.Aunque Nuclenor no habla de un hasta siempre («esto no supone necesariamente el cierre de la central»), los vecinos dan ya por enterrada Garoña. Es lo único en lo que coinciden Montescos y Capuletos.«Deberíamos tirar cohetes para celebrar este día». El alcalde del colindante pueblo de Barcina, el independiente José Antonio Cámara, representa la cara más entusiasta de esa familia contraria a Garoña. «Es la empresa más importante de Burgos y los pueblos pegados a la central están más vacíos que en ninguna otra parte», se queja.Más información en la edición impresa

tracking