El arreglo de San Vicente Mártir supondrá un coste cercano a 60.000 euros

C. G. / Salas

La restauración de la iglesia parroquial de San Vicente Mártir, que sufrió un importante derrumbe de parte del interior de la cubierta, al tronzarse una viga principal, necesitará una inversión cercana a los 60.000 euros. Así se contempla en el proyecto presentado a la convocatoria de ayudas de la Diputación Provincial -conocida coloquialmente como 'convenio de las goteras' y que ha sido resuelta recientemente por la comisión mixta que configuran la propia Diputación y el Arzobispado de Burgos-, en la que uno de los templos que recibirán alguna ayuda será la de Cabezón de la Sierra, a la que se destinan un montante de 24.000 euros.

Sin embargo y tras el grave destrozo que sufre ya este templo burgalés, el regidor de la localidad, José Paulino Alonso, explicó que «la ayuda concedida se queda un poco corta si se quiere hacer una reparación integral, pero también hemos acudido a la propuesta provincial de obras de urgente necesidad y podemos sumar otros 12.000 euros», manifestó.

Aún así, todavía no estaría asegurada la ejecución del proyecto reparador, del que sería responsable el Arzobispado. A este respecto Alonso subraya que «el Ayuntamiento puede colaborar con la realización de algunos trabajos porque las arcas municipales están bajo mínimos y apenas tenemos recursos económicos».

El suceso, que se produjo a finales de noviembre, es el resultado de una serie de advertencias y de desperfectos visibles en las paredes y las bóvedas, que a principios de este año fueron comunicados por el alcalde a los responsables eclesiásticos.

Técnicos vinculados a la jurisdicción religiosa examinaron el templo, y realizaron diferentes comprobaciones en el tejado, que presenta una notoria desviación en su cúspide y diferentes ondulamientos, y concluyeron que había bastante peligro de que pudiera acabar desplomándose.

Por ello, Alonso se reunió en mayo con el presidente de la Diputación Provincial, César Rico, y le expuso la situación. Acudir a la convocatoria de ayudas para la restauración de iglesias en la provincia fue la propuesta que, en aquel encuentro, se considero más oportuna llevar adelante. De manera consensuada, el párroco y los vecinos decidieron realizar los oficios religiosos en la ermita del Santo Cristo Arrodillado, sita a la entrada de la población. Circunstancia que se ha mantenido hasta el pasado Día de los Santos, fecha desde la que debido al frío, se celebran en la planta baja de la Casa Consistorial.

50 años

El derrumbe, y el estado ruinoso del templo parroquial hizo recordar a los vecinos que, cuando se construyó la iglesia en 1962, ya hubo cierto rechazo a erigir un nuevo

inmueble, proponiendo éstos la reforma de la vieja iglesia sin que se les hiciera caso, por lo que hoy sólo se conserva la torre. Asimismo, hace 18 años se llevaron a cabo varias actuaciones en San Vicente Mártir, por las que se reparó la cubierta del edificio -tras sustituir todas las tejas-, se picaron las paredes interiores dejando la piedra a la vista, y se cambió el suelo.