El Correo de Burgos

La cita con el Bombazo inunda la plaza de España de miles de mirandeses

Fieles a su cita con la fiesta, los sanjuaneros no faltaron al acto más multitudinario

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ESTEFANÍA MALDONADO / Miranda

Tras un año de espera, el bombo resurgía ayer de las aguas del Ebro para convertirse una vez más en el protagonista de la fiesta. Como manda la tradición y acompañado de un sol de justicia, a las 18 horas comenzaba su accidentado ascenso -la cuerda se rompió y tuvo que ser rescatado por los buzos-, hasta llegar a manos de la Orden del Bombo. Ella fue la encargada de recogerlo, asearlo y ponerlo a punto para iniciar su camino al encuentro del Santo. Juntos, unidos y hermanados, llegaron a una Plaza de España abarrotada, donde miles de sanjuaneros esperaban su aparición al grito de «¡Ese Bombo!».

Este año y como novedad, la Cofradía se encargó de retransmitir por megafonía todo el proceso para que la gente tuviera conocimiento de cómo se iban desarrollando los acontecimientos al otro lado de la Casa del Cura.

Con la habitual complicación para atravesar la plaza, el Bombo consiguió llegar a su objetivo final: el balcón del Ayuntamiento. Allí lo esperaban los protagonistas de la tarde, Johana Martínez e Israel Sánchez quienes, en su papel de Sanjuaneros y maza en mano, marcaron los primeros compases de la fiesta dando ‘El Bombazo’, respondido por los Bombistas Mayores de cada cuadrilla.

«Vivirlo desde aquí»

El estallido de alegría, algarabía y celebración, no pudo contenerse más. El champán llovía a raudales y, a ritmo de charanga, todo el mundo se entregaba a la fiesta, olvidando sus preocupaciones por unos días. Y mientras abajo en la plaza los mirandeses disfrutaban de la fiesta, en el despacho de Alcaldía, Johana e Israel intentaban recuperar la compostura. «Voy a pedir a la Cofradía que haga el cargo vitalicio, porque esto es muy grande», manifestaba Israel. Coincidía Johana con la sensación, que se esperaba pero «una cosa es verlo y otra vivirlo desde aquí», señaló. Ambos recomendaron a los mirandeses «que se animen a presentarse, porque no hay cosa igual que ser Sanjuanero», decían, mientras mostraban las ampollas de sus manos. Y es que darle al bombo durante casi 10 minutos, tiene sus consecuencias.

El sonido de la fiesta contrastaba con el silencio y la paz de la iglesia de Santa María, que acogía la tradicional Salve Popular y la imposición de pañuelos sanjuaneros al Santo y a la virgen de Altamira, con la que los cofrades muestran sus respetos a la patrona de la ciudad.

A partir de ahí, a seguir disfrutando de la alegría sanjuanera, en los diferentes puntos de la ciudad -hasta seis simultáneamente-, en los que hubo verbenas que se prolongaron hasta altas horas de la noche. Eso sí, reservando fuerzas, porque la fiesta es muy larga y hay que dosificar. Hoy será el turno del Desfile del Blusa, que partirá, a las 20 horas, de la calle Cantabria hacia San Agustín, para concluir en calle Estación.

Bombazo infantil

Horas antes, eran los más pequeños quienes cobraban el protagonismo. Beatriz Martínez y Alexander Baum, Sanjuaneros Infantiles, jalearon a todos los niños de la ciudad en su propio Bombazo. Éste, al igual que el de los adultos, emergió de las aguas del río y fue rescatado y custodiado por la Orden del Bombo Infantil, creada con los niños y niñas participantes en el concurso de elección de Sanjuanero.

Ambos soltaron la emoción contenida durante días prolongando durante minutos su Bombazo. Ella, no dejaba de repetir «esto es una pasada», mientras miraba la plaza llena de gente. Él, más comedido, admitía que «no pensaba que iba a venir tanta gente, pero como el tiempo ha acompañado, han venido todos los niños de Miranda».

Después y al igual que hoy harán los adultos, los niños de las más de 70 cuadrillas sanjuaneras tuvieron su particular desfile en el que, a cada niño cofrade, se le hizo entrega de un pañuelo identificativo de su participación.

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