El alto número de bienes BIC en la Bureba ralentiza su recuperación
A pesar de ser elementos claves, algunos presentan muy mal estado de conservación
GERARDO GONZÁLEZ / Briviesca
El enorme número de elementos de interés patrimonial y cultural con que cuenta La Bureba es, paradójicamente, la principal dificultad para que se pueda actuar en todos aquellos lugares que, por su especial interés, han sido protegidos con la denominación de BIC (Bien de Interés Cultural).
Destaca el hecho de que no sólo edificios religiosos cuentan con esta declaración sino que también la tienen cuevas con arte rupestre, fortificaciones y castillos e incluso villas completas. Como ejemplo más reciente está el complejo salinero de la villa de Poza, declarado BIC hace pocos años, y cuya puesta en valor ha sido continua en estos últimos años, respaldada sobre todo por su Plan Director.
Esta actuación ha permitido a la villa contar con un inestimable recurso turístico que ha causado gran interés en los eventos feriales turísticos donde ha participado junto con Oña y Frías. Y todo ello dentro de la ruta Raíces de Castilla.
La otra cara de la moneda la constituye uno de los BIC más veteranos de la comarca, la iglesia y convento de Santa Clara de Briviesca, que ya en los años 30 fue objeto de una especial protección por su valor artístico y arquitectónico.