La Bureba, escaparate ferial de productos autóctonos y de calidad

El comercio rural más tradicional, basado en las ferias, retornará con fuerza durante los próximos meses a La Bureba. Y no solo a través de las citas incluidas en el calendario oficial, sino también con las que carecen de este distintivo.Esta lista oficial está conformada por la feria de la Cereza en Salas de Bureba -la más cercana-, prevista para el mes de julio; la agraria y artesanal de Oña, la de Manzana Reineta de Cantabrana y el concurso artesanal y agroalimentario de la asociación de Amigos de Frías.En este catálogo no se incluye la feria de Santiago en Briviesca, de larga tradición, u otras más recientes de San Mateo o el ya consolidado evento de Poza. Lo que sí comparten todos estos encuentros es su condición de escaparate, donde se reúnen los variados productos alimentarios y artesanos de la comarca, muchos de los cuales ya empiezan a despuntar en los mercados provinciales.En cuanto a cifras, la feria con mayor índice de productos burebanos es, tradicionalmente, la de Poza, donde hortelanos, apicultores, queseros, artesanos y salineros coinciden edición tras edición.

Posiblemente, la causa del éxito resida en que se celebra en agosto, lo que permite disponer de una amplia panoplia de productos. Además, se trata de una cita que cada año recibe más visitas.No obstante, recorrer la totalidad de las ferias que se organizan en La Bureba es la única forma de contemplar la riqueza y variedad de la comarca, ya que en muchas de ellas pueden adquirirse productos destinados principalmente al consumo local.Por ejemplo, en la cita salense se pueden encontrar las mermeladas caseras de cereza de Caderechas y los licores elaborados con esta versátil fruta, cuya localización fuera del evento resulta prácticamente imposible. Algo similar ocurre en la feria de Poza, donde las distintas variedades de sal extraídas al más puro estilo tradicional se ponen a disposición del público de forma casi exclusiva.Parecido es el caso de la excelente miel pozana, cuyo prestigio entre los degustadores de este dulce natural es cada vez más demandado.El catálogo de exquisiteces burebanas incluye productos desconocidos como el chacolí de Oña, que en función del año hace su aparición de forma exclusiva en la feria de la villa Condal para cerrar el calendario. También destaca en estos eventos la presencia de artesanos de la comarca, cuyos trabajos son muy apreciados por sus exclusividad y reducida producción.Divididos en piezas destinadas a la decoración o usos más prácticos, su comercialización se restringe prácticamente a esta clase de ferias, que tienen su origen en la época medieval.