La gastronomía marca su hoja de ruta para el turismo

Burgos Alimenta vuelve a la carga con una propuesta al más puro estilo Labordeta que bien podría denominarse Una provincia en la mochila. Un mapa de 13 Gastro Rutas de norte a sur y de este a oeste -incluyendo la capital- que hará las delicias del inconformista turista de interior que exige más de un aliciente en cada parada. No hay problema, ya que esta iniciativa conjuga el buen comer con los principales puntos de interés de un territorio que saca pecho de sus virtudes patrimoniales.Con la gastronomía como «vehículo para hacer provincia», según explicaba ayer el presidente de la Diputación, César Rico, el principal objetivo es el de siempre: incentivar el turismo. Lo que se pretende es incrementar las pernoctaciones en los establecimientos hoteleros y casas rurales. Para ello, los técnicos de Burgos Alimenta han diseñado un itinerario con una longitud media de 65 a 115 kilómetros entre cada ruta para que la estancia media de los visitantes alcance, como mínimo, dos noches en cada lugar.Por otro lado, la iniciativa pretende ir más allá de las regiones limítrofes como el País Vasco, La Rioja o Madrid para captar nuevos nichos turísticos en comunidades más alejadas como Andalucía, Cataluña o Galicia. Parte de esa labor ya se ha desarrollado con anterioridad gracias a la presencia de la Marca Burgos en ferias nacionales e internacionales o citas de gran trascendencia mediática como la Vuelta Ciclista a España, por lo que las expectativas en este sentido son muy altas.Lo nuevo y lo viejo también juegan un papel fundamental a la hora de ‘llenar el buche’, pues amén de la clásica morcilla, la contundente olla podrida -o poderida, tal y como se decía antaño-, el queso de Burgos o los codiciados caldos de la Ribera y de Arlanza se fusionan con incorporaciones más recientes como la cerveza artesanal, las setas o el chacolí de la zona norte.Por no hablar de otros productos amparados bajo la marca Burgos Alimenta que, en palabras de Rico, dan buena cuenta de lo «cambiante» que es la gastronomía provincial. Por ejemplo, la carne de potro hispano-bretón, que cuenta con una ganadería autóctona próxima a Virtus, uno de los enclaves de referencia en la ruta de la Olla Ferroviaria.Riqueza patrimonial

Bajo el concepto de «unión de riquezas», los 1.000 folletos informativos de las 13 rutas ya disponibles en la página web de la Diputación y en formato físico después del puente del 12 de octubre en las oficinas de turismo de la capital sugieren al visitante los principales puntos de interés que alberga la provincia.Las propuestas de la capital y alrededores, entre patatas bravas, cerveza y morcilla, conjugan los escenarios de toda la vida -la Catedral, los yacimientos de Atapuerca o la Cartuja de Miraflores- con algunos emblemas de reciente creación pero ya consolidados como el Museo de la Evolución Humana (MEH).Una vez pateado el epicentro logístico de este singular gastromapa, las posibilidades se multiplican en todas direcciones. El camino es largo y requiere su tiempo, pues se necesitan varios fines de semana para descubrir joyas de diversa índole como el Alcázar de los Condestables en Medina de Pomar, el Parque Natural Cañón de Río Lobos, la ciudad más pequeña de España -Frías- o Valpuesta, cuna del castellano.Un buen gancho

A fin de engrandecer esta experiencia, los productores locales que participan de el proyecto también aportarán su granito de arena para mostrar los encantos de cada comarca a través de visitas guiadas por sus centros y establecimientos.Este «buen gancho», tal y como lo definió la presidenta de Burgos Alimenta, Monsterrat Aparicio, no solo permitirá incentivar la economía provincial de la pequeña y mediana empresa, sino que además permite establecer nuevos puentes por todo el territorio nacional. Además, la iniciativa no se cierra únicamente a los socios de la entidad, ya que beneficiará a todos los hosteleros que ejercen su actividad en el medio rural.