El Correo de Burgos

BUREBA

Las raíces del único Santo de Argentina están en La Bureba

El mártir argentino-burgalés Héctor Valdivielso consagró su vida a la enseñanza

Representación de San Héctor.-ECB

Representación de San Héctor.-ECB

Publicado por
GERARDO GONZÁLEZ / Briviesca
Burgos

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La historia común entre Argentina y Burgos tiene especial énfasis en La Bureba, sobre todo con Briviesca. Durante el nacimiento de Buenos Aires estuvo presente Juan de Ayolas, lugarteniente de don Pedro de Mendoza, que en 1536 llegó con su expedición al Río de la Plata para fundar un asiento que llevó el nombre de la patrona de los navegantes: Santa María del Buen Ayre. Precisamente, en ese lugar y en concreto en el barrio de Boedo -donde años después viviría un joven Jorge Mario Bergoglio, primero obispo de la Diócesis del Oca y actualmente el Papa Francisco-, se asentó a principios del pasado siglo la familia formada por Benigno Valdivielso y su esposa Aurora Sáez, nacidos en Hermosilla y en Zuñeda, respectivamente, en busca de una mejor calidad de vida.La familia, con dos hijos y una hija, regresó en 1914 a tierras burgalesas. Antes de su partida, en mayo de 1913, Héctor fue bautizado en la antigua parroquia de San Nicolás de Bari, cuyo acontecimiento figura en el acta número 435.La familia Valdivielso se estableció en 1915 en la entonces calle de Pancorbo, hoy Justo Cantón Salazar. Fue en la parroquia de verano, Santa María La Mayor, donde el 9 de julio de 1915 Héctor Antonio recibió el Sacramento de la Confirmación de manos del entonces Arzobispo de Burgos, José Cadena y Eleta.Pocos meses después, ingresó en el Colegio de las Hijas de la Caridad para continuar su educación junto a su hermano José en la Escuela Municipal de la ciudad. Allí, Héctor recibió su Primera Comunión cuando tenía 9 años.La religiosidad de la familia Valdivielso generó un estrecho vínculo con el Hermano Celestino Pedro, de la comunidad lasaliana de Bujedo. Su misión pastoral y educadora logró inclinar la vocación de José, el primer hijo del matrimonio, que con 11 o 12 años ingresó al Monasterio de Santa María de Bujedo, donde funcionaba la Escuela Cristiana Lasaliana.Un año después, el 31 de agosto de 1922, y probablemente influenciado por aquel ejemplo; Héctor hizo lo propio. Así, ambos jóvenes, de 14 y 12 años, respectivamente, expresaron su interés por continuar luego la vida religiosa.La vocación de Héctor quedó patente en una carta fechada en 1923 en la que mostraba su deseo de ser misionero en Brasil o de ejercer su labor pastoral en su tierra natal de Argentina.Tras recibir el 6 de octubre de 1926, a los 16 años, el hábito y con ello el nombre de Hermano Benito de Jesús, comenzó su labor docente.La entrada en vigor de la Constitución de 1931 en España, que prohibía ejercer la docencia a los integrantes del clero o congregaciones religiosas, afectó de lleno al futuro mártir, que ejercía de profesor en Astorga.Con la nueva situación, sus superiores le enviaron a la localidad asturiana de Turón en 1933, donde prosiguió su labor docente hasta los sucesos del 5 de octubre de 1934, cuando vencida la resistencia de la Guardia Civil, los dirigentes socialistas moderados fueron superados por los más violentos miembros del Partido Comunista.Pese a que muchos de los obreros insurrectos no estaban de acuerdo y solicitaban el buen trato y la libertad para los Hermanos, Héctor Valdivielso fue fusilado en la tarde del día 8 en el cementerio de la villa. Además, se le remató con un tiro de gracia junto a sus compañeros religiosos y dos mandos del Cuerpo de Carabineros.Una vez recuperado el control de la zona por el gobierno de la República, los cuerpos de los religiosos fueron trasladados a la casa pastoral de Bujedo, en cuyo cementerio recibieron sepultura en una tumba especialmente construida para ellos. Siguiendo la norma de la Iglesia, los Mártires de Turón fueron beatificados en Roma el domingo 29 de abril de 1990 al ser víctimas del odio a la fe.El milagro que permitió la canonización de los 9 mártires de Turón se refiere a la curación milagrosa de Rafaela Bravo, una joven maestra nicaragüense a la que se le detectó un tumor maligno incurable por medios científicos. Tras rezar para pedir ayuda a los mártires, 10 años después se encontraba totalmente restablecida con una curación total que se ha considerado milagrosa al ser inexplicable desde el punto de vista médico.De esta forma, se dio curso a la canonización, que se concretó el 21 de noviembre de 1999, por lo que se elevó a los altares a 12 nuevos santos por el Papa Juan Pablo II.En ese acto estuvieron presentes representantes de la Congregación. También José Valdivielso, hermano mayor de San Héctor, Pedro Valdivielso y su esposa Sonia, sobrinos del santo; el presidente de la República Argentina, Carlos Saúl Menem, y una nutrida delegación que viajó a tal efecto desde el país latinoamericano.Actualmente, las reliquias del santo argentino-burebano se veneran en la capilla del Colegio La Salle en Buenos Aires. Se trata del único santo de nacionalidad argentina que integra el santoral de la Iglesia Católica y el primer Héctor que ingresó en dicho santoral y que en la actualidad venera a otros 614.

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