El Correo de Burgos

BUREBA

Los bomberos advierten del enorme peligro de incendio

Los bosque están cubiertos de vegetación muy seca a lo que se suma el mal estado de los caminos

Publicado por
GERARDO GONZÁLEZ
Burgos

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El aviso lanzado desde el parque de bomberos de Briviesca tras intervenir en dos incendios forestales hace pocas semanas, se ve respaldado por las afirmaciones de los aficionados al senderismo que recorren los montes burebanos. La inusual meteorología invernal de este año con escasas precipitaciones de lluvia y fuertes heladas nocturnas «están creando una situación de alto riesgo para las masas forestales», afirman.Temor fundado en el cada vez peor estado de limpieza que se aprecia en las grandes masas forestales de la zona, como los montes del Espacio Natural de los Montes Obarenes. Recuerdan que la capa de vegetación muerta que se extiende entre el arbolado es cada año mayor. Algo ya constado el pasado verano, en que alcanzó en algunos lugares casi el medio metro de espesor, además de estar en su mayor parte completamente seca, a causa precisamente, del calor extremo del pasado estío.A esto se suma la ausencia de cortafuegos que, en caso de incendio, podrían frenar el avance de las llamas. Así como el inexistente mantenimiento de la mayoría de los caminos lo que podría en graves aprietos a los medios terrestres de extinción.Los bomberos briviescanos también destacaron de forma especial, tras la experiencia de los últimos fuegos, «la imposibilidad de poder entrar con un camión de 20 toneladas de intervención urbana por caminos y terrenos blandos», advierten. Y ponen como ejemplo de ello, la zona que se encuentra a escasos kilómetros del lugar donde se produjo el mayor incendio forestal del verano en la provincia burgalesa.el origen, imprudenciasPese a que no se trata de una situación novedosa, los años de falta de cuidado y la ausencia de lluvias de este invierno aumenta, a su juicio, las posibilidades de un incendio forestal. También la bonanza del tiempo ha aumentado el número de vehículos que circulan por las carreteras y caminos así como de personas que recorren los parajes.Dado que el grueso de los incendios forestales tienen su origen en imprudencias, temen que una simple colilla arrojada desde algún vehículo pueda desatar un fuego casi incontrolable en la situación en que están ahora los campos.Los veteranos de las cuadrillas estivales antiincendios coinciden con los temores de los senderistas, ya que las condiciones meteorológicas del pasado año -fuertes nevadas invernales y calor extraordinario en verano-, han resecado de forma extrema la vegetación ya muerta.Esto hace que la posibilidad de que se declare un incendio de importancia en épocas cuando tradicionalmente eran casi imposibles aumente, empeorando la situación ya que los dispositivos de vigilancia y los medios están prácticamente desactivados.Uno de los motivos principales de esta situación es el abandono de estos lugares por los ganaderos y por quienes explotaban también los recursos madereros. Esta circunstancia ya fue denunciada por los vecinos de los pueblos afectados en el gran incendio del monte de Cornudilla, que precisó de un enorme despliegue de medios y personal para su extinción.De hecho, el monte presentaba un estado casi selvático por lo que al producirse el incendio, según la investigación posterior por causas fortuitas, su propagación fue extremadamente veloz.Sin brigadasActualmente, las fuertes heladas nocturnas combinadas con temperaturas atípicamente altas del día han acelerado el proceso de desecación de la vegetación. Esto ha creado un peligroso ‘bocadillo’: una capa seca que absorbe la poca lluvia que ha caído, y en la parte baja un manto muerto que de entrar en combustión sería complicado de extinguir.Cabe recordar que si se produjera un incendio en estos momentos, sólo se contaría con los recursos de los parques provinciales de bomberos voluntarios, y en caso extremo de los parques profesionales de la zona. De ahí que las posibilidades de atajar con rapidez el fuego antes de alcanzara peligrosas proporciones sería muy reducida, pues el estado de los caminos dificultaría el acceso a los vehículos de los parques.Para evitar la irremediable pérdida del patrimonio natural de la comarca la aplicación de una política preventiva. En este extremo coinciden tanto los que recorren por afición los montes como los propios vecinos y efectivos de extinción indicando que, como primera medida, se debería mantener sino igual si en un mínimo el dispositivo de vigilancia y extinción de incendios estival durante todo el año.

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