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La piedra pinariega, en lucha por su «supervivencia»

La caída de la construcción, las elevadas tasas y la falta de ayudas ponen en jaque a un sector que conserva el 40% de los empleos que generaba hace 10 años

Nuria Mediavilla, presidenta de Piedrabur y de Pinacal Inser.-RAQUEL FERNÁNDEZ

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RAQUEL FERNÁNDEZ / Palacios
Burgos

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Sin apoyos institucionales y con las tasas más caras que en el resto del país intentan sobrevivir las empresas dedicadas a la industria de la piedra que a día de hoy continúan en activo en Pinares y la Sierra de la Demanda. Un sector que, por culpa de la crisis, ha pasado de una situación de gran crecimiento a una economía calificada «de guerra y de supervivencia», tal y como la define Nuria Mediavilla, gerente de la Areniscas Sierra de la Demanda, ubicada en Palacios de la Sierra, y presidenta de Piedrabur, una asociación pinariega que aglutina a cuatro empresas de las 10 que la integraron en sus inicios allá por 2006.Este sector ha perdido en los últimos años más de un centenar de puestos de trabajo de mano de obra procedente de los pueblos de la comarca de Pinares. «Ahora mismo, aquí en esta zona, se conservará solo el 40% de empleos que había hace 10 años, cuando antes éramos los que impulsábamos los polígonos industriales de Salas de los Infantes, Palacios, Canicosa, Quintanar y Vilviestre», añade Mediavilla puntualizando que la mayoría de las hoy continúan son empresas familiares «que estamos haciendo muchísimo esfuerzo para seguir adelante».En la actualidad, el pueblo de la comarca serrana con más empresas dedicadas a la extracción de piedra es Palacios con un total de tres. Le siguen Quintanar, Vilviestre del Pinar y Salas de los Infantes con una en cada municipio.La presidenta de Piedrabur asegura que la encrucijada más preocupante que atraviesan, sobre todo las fábricas de piedra ubicadas en Palacios, es el elevado coste de las tasas por la ocupación del monte. «En Palacios se paga 20 veces más que en cualquier otro lugar de España, excepto en los pueblos cercanos que se acercan a la mitad. Pagamos en la ocupación por hectárea cada año tres veces el valor real de lo que ocupamos», aduce.El golpe está siendo mayor por la importante inversión acometida por estas compañías en anteriores décadas, que ha dejado unas instalaciones modernas y amplias, con la última tecnología y con vistas a la continuidad para el crecimiento futuro. «Las instalaciones de las empresas de la piedra de esta zona son excelentes. Eso nos permite exportar, nuestra principal baza para continuar hacia delante. La exportación supondrá como un 40% de la producción a día de hoy. Las ferias y las misiones directas son muy caras, pero nos han permitido con constancia abrir mercados en Europa y USA entre otros», declara Mediavilla.Desde Piedrabur califican de «escasas» las ayudas que percibe el sector. «Nuestra minería compite con las rocas de cualquier otra parte del mundo y sin embargo se sigue hablando de apoyo al carbón de Castilla y León. No es racional que a nosotros no se nos de nada y para la minería del carbón todo sean esfuerzos cuando en Castilla y León tenemos más trabajadores de la roca ornamental que los que tiene el carbón 3 a 2 en proporción», señala.Mediavilla percibe un futuro «con menos extracción, obteniendo bloques más selectivos con más valor añadido, buscando alianzas con clientes y reinvirtiendo los ingresos. Y con la apuesta por la exportación y la innovación como las principales herramientas para volver a ser lo que este sector fue para la zona de Pinares hace años».La presidenta de Piedrabur también dirige el Centro Tecnológico de Investigación, Innovación y Servicios Pinacal Inser, que aglutina a las empresas productoras de piedra natural de Castilla y León, con laboratorio y centro de desarrollo en el Parque Tecnológico de Boecillo. «Trabajamos con las diferentes tendencias, intercambio con otros sectores como madera y mueble para hábitat -construcción eficiente-, jardinería y paisajismo. La investigación en la que estamos presentes también conlleva desarrollar una marca de garantía, una formación y un conocimiento de la normativa de marcado CE. La unión de las empresas de la piedra de Castilla y León, y el intercambio de conocimientos, nos permite estar mejor posicionados para el futuro», concluye.