RIBERA
El Ayuntamiento de Aranda pone orden en el casco histórico
Las pantallas publicitarias irregulares deberán retirarse y se hará estudio cromático de fachadas
Decididos a poner orden en la estética del casco histórico de la ciudad, la Junta de Gobierno Local ha decidido ordenar la retirada de las pantallas publicitarias que cuelgan, por ejemplo, en la calle Isilla.La medida se basa en un informe que ha elaborado la Jefa de Servicio de Urbanismo sobre los letreros y los colores tradicionales que deben imperar en la zona, a raíz de unos ruegos y preguntas que surgieron en la comisión de Obras y Urbanismo del 13 de junio. Los concejales querían saber si el letrero de la farmacia de la calle Isilla y el color de su fachada cumplían la normativa y si los colores con los que se ha pintado una casa en el número 24 de la calle Cascajar y las columnas del edificio del centro cultural Caja de Burgos estaban dentro de los parámetros municipales.La preocupación se extendía a la pantalla publicitaria que se ha colocado en un local de esa misma calle, al suponer un negocio extra que genera ingresos y no está regulado.En su respuesta, el informe recuerda que la normativa aplicable es la establecida en el Plan Especial de Reforma Interior, conservación y valoración histórico artística del casco antiguo, al que se remite el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) vigente, señalado en la zona de ordenanzas como Zona 1. En ella se expone que el cerramiento de los bajos comerciales se deben adecuar al tratamiento general de la fachada; que el tipo y material de la carpintería debe ser acorde con el tradicional de la zona; que la planta baja deberá componerse con el resto del edificio aunque su uso sea distinto y que el acabado de la fachada se deberá hacer en los colores tradicionales.Pero para aplicar esta normativa -advierte la arquitecto-, «es importante conocer de forma previa cuáles son los colores tradicionales». Y es que el Ayuntamiento de Aranda no cuenta con una ‘carta de color’ personalizada, porque la comisión de Obras de 1998 no lo consideró necesario. Desde entonces, «la decisión depende con mayor o menor acierto», de los técnicos informantes.Bajo esta perspectiva, no está nada claro. En los años 80 prevalecían los colores amarillos, anaranjados, rojizos, gris- azulados, verdosos, crema y terrosos pero se prohibe el blanco a pesar de que en la zona de San Juan, en lo que podría ser el antiguo barrio morisco, las casas se pintaban de blanco y las carpinterías de verde, al igual que las persianas. Carpintería y persianas que se siguen conservando en la plaza Mayor y otras zonas del casco.Sin embargo en los últimos años, la tendencia ha ido hacia un monocolor que casi ha acabado con el abanico cromático que favorecía la expresión de vitalidad de la villa.En su opinión, Aranda debería disponer de un estudio cromático, tal como se ha hecho en otras ciudades, que dé como resultado una carta de colores tradicionales de Aranda de Duero y que forme parte integrante del nuevo PGOU. Así, no solo se ayudará a los técnicos a aplicar correctamente las normas vigentes, también se contribuirá a «recuperar y mantener nuestra identidad».Tras conocer el informe, la comisión primero y la junta de gobierno local, después, no solo han decidido actuar contra los carteles publicitarios irregulares (solo se permiten los letreros sobrepuestos o pintados en la fachada), también obligarán a la farmacia y al centro cultural Caja de Burgos a adaptarse a la normativa. Más suerte tienen los propietarios de la casa de la calle Cascajar, que podrán mantener la estética de la fachada. En cuanto a la propuesta de la técnica para elaborar un estudio cromático, se da el visto bueno.