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«80 kilómetros diarios» para llevar a sus hijas a Villadiego

Dos matrimonios de Villanueva de Argaño y Tardajos piden a Educación que preste el servicio de transporte escolar al igual que se hace con la capital

Un autobús presta el servicio de transporte escolar en la provincia.

Burgos

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Luis Miguel García y Silvia Lastra comenzaron ayer el curso escolar madrugando más de la cuenta para que su hija llegase a tiempo al Instituto Campos de Amaya de Villadiego. El matrimonio, residente en Villanueva de Argaño, se turna con otra pareja de Tardajos en la misma situación ante la imposibilidad de acceder al servicio provincial de transporte escolar y la negativa de ambas familias a inscribir a sus hijas en el centro Camino de Santiago de la capital.Por la vía judicial han tirado la toalla, pero no por ello piensan resignarse a conducir una media de «80 kilómetros diarios» -ida y vuelta pasando por ambas localidades- que se traducen en «unos 30.000, que se dice pronto» durante los dos últimos cursos. A este respecto, Lastra señala que «lo peor de todo es digerir que tengas que ir y volver todos los días desde casa detrás de un autobús semivacío», de ahí su esperanza que para el presente ejercicio «fusionaran la línea de transporte público Burgos-Villadiego con la ruta escolar, ya que con los planes de ajuste de la Junta de Castilla y León quieren reducir el costo de todas las líneas de transporte que subvencionan».La polémica se remonta al curso 2013-2014, cuando la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) Urbel del Colegio Petra Lafont de Tardajos realizó una encuesta «para chequear la voluntad de los padres» respecto al centro que preferían tras Primaria. Según explica Lastra, «dos terceras partes de la comunidad educativa manifestaron su voluntad de llevar a sus hijos al IES Campos de Amaya cuando su curso escolar les correspondiera».A partir de entonces, los padres solicitantes iniciaron un proceso de peticiones por escrito y tramitaciones que culminaron con una resolución denegatoria y su posterior recurso de alzada a principios de 2015. Su reivindicación contó con el apoyo de los alcaldes de Villanueva de Argaño y Tardajos, quienes trataron de interceder ante el director provincial de Educación, Juan Carlos Rodríguez Santillana, en el mes de octubre.A punto de cumplirse un año de aquel encuentro, el regidor de Villanueva, José María García, cursará próximamente una petición para reunirse de nuevo con Rodríguez Santillana y abordar un asunto que, a su juicio, se ha convertido en un «hueso atravesado».«Aunque sea un solo alumno tendrá todo mi apoyo», manifiesta García, sabedor de que los padres involucrados en esta ‘batalla’ «están dispuestos a pagar por este traslado». Al mismo tiempo, extiende la protesta de los padres a la escasa prestación de servicios en el medio rural por la que «la gente mayor opta por marcharse». Por ello, espera que Educación flexibilice su postura para «evitar la despoblación».Por su parte, el alcalde de Tardajos, José María Fernández, asegura que a lo largo de este año «nadie ha comentado nada al respecto». Y aunque entiende la existencia de unas «normas marcadas» de antemano, añade que el Ayuntamiento apoyará «cualquier iniciativa del colegio (...) si es razonable». No obstante, afirma que más de un vecino «prefiere ir a Burgos por proximidad». No necesariamente al Camino de Santiago, ya que Rodríguez Santillana también planteó la «opción» del Diego de Siloé.Sin embargo, Luis Miguel García se mantiene firme, amén de asegurar que sobre este ofrecimiento «nada se tradujo en papel». Además, justifica su argumento incidiendo en que de los 78 estudiantes inscritos el año pasado en el instituto Campos de Amaya, «ocho eran de fuera, casi un 10% del alumnado». También asevera que «al principio» el Ayuntamiento de Villadiego «nos apoyó a muerte», si bien con el paso del tiempo la defensa de sus intereses «fue descendido», entre otras cosas, «porque somos un estorbo». Algo similar ocurre en su opinión con la dirección del centro, también sensible a su postura pero «subordinada» a la Dirección Provincial de Educación.Aparte de solicitar el ratio anteriormente mencionado «como referencia», García esgrime que «económicamente no causamos ningún perjuicio». Asimismo, en caso de que la Justicia les diese un día la razón, «una indemnización no me soluciona nada».

respuesta de educaciónLa integración de pasajeros ordinarios en las rutas escolares de la provincia no contempla «ninguna modificación normativa», si bien tampoco se descarta la «posibilidad» de sumar nuevas rutas en cursos venideros, afirma Rodríguez Santillana. Por lo tanto, insiste en que cada alumno tiene una «ruta definida», de ahí que no se pueda cambiar porque cada trayecto está vinculado a su correspondiente adscripción.Así pues, el director provincial de Educación recalca -como explicó en la reunión con los alcaldes- que la única solución al respecto pasa porque «el colegio de Tardajos esté adscrito al instituto de Villadiego». Dicha medida no beneficiaría a las hijas de ambos matrimonios, dado que deberían cursar primaria para beneficiarse del servicio.