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Término Miranda prevé un 28% más de uva en esta campaña

Iniciarán la vendimia tras el Pilar con la previsión de recoger 70.000 kilos Junto al chacolí ‘Ch’ aumentarán hasta las 10.000 botellas el verdejo ‘Aquende’

Término Miranda cuenta con cerca de 12 hectáreas, de las que cuatro se destinan al verdejo y el resto al chacolí-E. M.

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M. M.
Burgos

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Los responsables de la Asociación de Productores Término Miranda ultiman las labores para iniciar después del puente del Pilar la recogida de la uva y la elaboración de su conocido chacolí, entre otros caldos. La previsión inicial es superar la cantidad de kilos conseguida el pasado año, «pues creemos que lograremos unos 70.000 kilos, lo que supondría cerca de un 28% más que en 2015 en que estuvimos en los 55.000», cifraba Koldo Madariaga, uno de sus responsables. «Son las previsiones que tenemos hoy cuando quedan por delante las últimas semanas, las más importantes», añade, conocedor de las sorpresas que la climatología burgalesa puede deparar.A pesar de la lógica cautela previa a la inminente vendimia, Madariaga se muestra satisfecho por el trabajo realizado hasta ahora, «pues la nuestra es una iniciativa joven con apenas un lustro de vida, tanto para nosotros como para las propias vides que con 5-6 años en funcionamiento, ya están comenzando a madurar», remarca.En opinión de Madariaga, ésta es una de las razones del aumento de kilos que esperan, así como el hecho de contar este año al 100% con los frutos de la viña de San Juan del Monte, a la que una terrible granizada en 2015 mermó muchísimo sus frutos. «Y este año sus vides vienen cargadas de fruto gracias a la mejor climatología que hemos tenido hasta ahora, lo que supondrá mayor cantidad de uva recogida de forma conjunta al final».El responsable de la bodega recuerda que Término de Miranda cuenta con unas 12 hectáreas de viñedos, 4 destinadas al verdejo y el resto al chacolí. Y tras ellas, cuatro productores que siguen firmes en esta iniciativa que si bien hunde sus raíces en la tradicional producción de chacolí, «se busca ir más allá de esta producción doméstica y convertirla en una vía comercial y reactivadora de la economía».Por ello muchos son los que se han interesado al respecto, «pero se ponen a hacer números y no a todos les compensa, ya que no contamos con ayudas, lo que significa que o lo hacemos nosotros o no lo hace nadie». Sí agradece a pesar de todo la ayuda institucional, que si bien es nula económicamente hablando, sí se traduce en la invitación a la bodega mirandesa a acudir a eventos de todo tipo, ya sea de la mano de la Diputación a través de su marca agroalimentaria Burgos Alimenta, con el Ayuntamiento en la gran mayoría de ferias que éste organiza, o de la Junta con la denominación en 2015 de sus caldos como ‘Vinos de Castilla y León’, con la que ya se comercializan las botellas mirandesas.‘Ch’ y ‘Aquende’

A pesar de todo, Madariaga insiste en que seguirán adelante. De hecho explica que de forma paralela a la cosecha, tienen no sólo la vista puesta en el chacolí ‘Ch’, sino también en su verdejo ‘Aquende’, del que prevén aumentar el número de botellas de las 8.000 de este 2016 a las 10.000 en 2017.Remarca que con ese nombre «hacemos un guiño a la comarca con la palabra y su significado ‘aquí’, ‘del lugar, de la tierra’-, y la ciudad pues es el nombre de uno de los barrios mirandeses más populares. Una forma de agradecer a todos su apoyo, añade, «ya que son quienes más nos consumen».Pero también avanza que la capital y resto de la provincia se convertirán en objetivo de futuras campañas de promoción. Y es que ambas siguen siendo la asignatura pendiente, «ya que en general, los burgaleses parecemos algo reacios a consumir lo nuestro». De ahí que el destino de gran parte de esas 10.000 botellas que prevén etiquetar para 2017 sea el propio territorio burgalés. «Pero con calma, y dentro de nuestras modestas posibilidades», comenta cauteloso.‘Tomate Miranda’ espera el informe de los expertos sobre sus características propias

La otra cara de la moneda la protagoniza ‘Tomate de Miranda’, el segundo de los grandes proyectos en pos de la agroalimentación burgalesa en que se embarcaron una docena de productores mirandeses, «y que por ahora tenemos en un segundo plano», confiesa Madariaga. «Pero no por falta de ganas sino porque estamos a la espera del informe de los expertos sobre las características propias del tomate», explica. «Y también porque no terminamos de ver un apoyo local firme para ello», confiesa.Defensores de la creencia del desaprovechamiento generalizado que se hace de la riqueza hortofrutícola a orillas del Ebro -tanto a su paso por Miranda como por el resto de la provincia-, estos productores decidieron dar el paso adelante hace tres años e indagar en la posibilidad «de llevar más allá» este producto habitual en las huertas mirandesas. «Ya que de la calidad no duda nadie pero sí de la posibilidad de que pudiera estar presente en los comercios y restaurantes de fuera de Miranda». Decidieron entonces destinar a su producción una superficie que ronda las dos fanegas, que equivalen a la tercera parte de una hectárea, «pues al crecer en vertical la producción es ya de por sí alta».Pero hoy el proyecto se mantiene en un impasse mientras llega el informe que, tras el acuerdo entre Término Miranda y la Diputación Provincial, ésta última encargó a la empresa Fanega. «Y que permitirá conocer qué características peculiares tiene este producto además de servir de base a futuras campañas de promoción», comenta.