Localizan el Batán de Vizcarraya y un libro de cuentas del siglo XIX

Se trata de dos hallazgos que a priori nada tienen que ver entre sí. Sin embargo, las prolíficas investigaciones de Pablo Escudero yJuanjo Martín, «pradoluenguinos de pura cepa», han unificado «sendas vertientes» para revalorizar «el ingente patrimonio» de la villa textil desde un punto de vista «industrial» e «histórico».Vayamos por partes. Empezamos con el «redescubrimiento», por parte de Escudero, de los restos del Batán de Vizcarraya, construido a mediados del siglo XIX -coetáneo, por tanto, de la Máquina de los Alfileres- y pieza clave para el suministro de energía hidráulica para la boyante industria textil de la época. Según explica Martín, su amigo Escudero «sabía de su existencia, ya que se asienta sobre un prado propiedad de su familia», concretamente en el término de La Pasada.Aunque el «desbroce, limpieza y asentamiento de los elementos constructivos hallados ha supuesto un trabajo de muchas horas robadas al descanso», lo cierto es que este descubrimiento «ha supuesto una grata sorpresa para el patrimonio arquitectónico de la secular industria textil de Pradoluengo».Sin lugar a dudas, Escudero concibe su «redescubrimiento» como un «hito divulgativo ejemplar» al servicio de las nuevas generaciones para que «comprueben la dureza de las condiciones del trabajo de sus antepasados y la inteligencia que demostraron para generar riqueza y sobrevivir». Por este motivo, la pieza de Vizcarraya podría formar parte de la denominada Ruta de los Batanes, que podría contar con una escuela taller financiada por la Junta de Castilla yLeón y gestionada por el Ayuntamiento «si todo va bien».«Ingente información»

Lo de Martín no es mera pasión, sino una forma de vida. Historiador de profesión, se ha encargado de revisar y analizar toda una época a través del libro de cuentas de su paisano Manuel Martínez Lerma, padre del arzobispo de Manila, Gregorio Melitón. El documento, que data de la primera mitad del siglo XIX, muestra el «dinamismo económico del Pradoluengo decimonónico», con un «fin eminentemente práctico y una verosimilitud absoluta al no estar sujeto a supervisiones de estamentos superiores».Martín dio con el libro casi por casualidad. Pertenece hoy en día al archivo familiar de Dori Arana Rupelo, «quien gentilmente me comunicó su existencia porque le pareció de interés para mí». Cuál fue su sorpresa cuando «al revisarlo mejor» descubrió «ingente información» sobre el comercio de múltiples productos e incluso la contabilidad del monasterio de San Bernardino. Dado el valor de documento, publicó recientemente un artículo en la prestigiosa Revista Española de Historia de la Contabilidad De Computis.