Montefibre retoma la actividad en Miranda tras su parón desde 2013
Inició ayer, con 120 empleados, la fabricación de fibra acrílica en cuatro de sus líneas
La fábrica de Montefibre en Miranda de Ebro, inició ayer, después de un periodo previo de pruebas, la fabricación de fibra acrílica en cuatro de sus líneas de hilatura, según informa Ical. Tras incorporar 120 profesionales en plantilla, la firma aspira a producir 45.600 toneladas anuales de fibra acrílica de uso textil, y servir a clientes de 30 países, ya que la vocación exportadora de esta industria es clara.Además, con el resto de las líneas espera fabricar 14.000 toneladas de precursor que se transformarán en unas 6.000 toneladas de fibra de carbono de uso industrial.La reapertura de la fábrica, que permanecía inactiva desde abril de 2013, ha sido posible después de que el grupo inversor Praedium, que se hizo con la compañía en 2015, haya resuelto los intrincados problemas heredados que ponían en riesgo la viabilidad de la producción.Alfonso Cirera, presidente de Praedium, agradeció al CEO de Montefibre, Juan Carlos Rovira, y a toda la plantilla «su esfuerzo enorme de estos últimos meses para reacondicionar unas instalaciones que hubieron de parar la producción hace casi cuatro años, en abril de 2013, y reiniciar todo el proceso para ofrecer un elevado estándar de calidad».Añade que ahora no sólo se comienza en Montefibre con la fabricación de fibra para el mercado textil, sino que también se prepara ya, con trabajos actuales de adecuación, la diversificación productiva. Y es que Miranda será clave en la fabricación de fibra de carbono, un elemento esencial para cada vez más industrias del sector manufacturero, como automoción, energía eólica, construcción naval y defensa. El fin, convertir Montefibre en un líder internacional en la producción de fibra de carbono para uso industrial, que representa el 75% del consumo mundial.La empresa tiene un especial interés en el sector de la automoción, donde desea atender la creciente demanda de fibra de carbono para los vehículos eléctricos y de lujo. «España -señaló Cirera-, no puede permitir que se cierren plantas tan importantes como esta y se pierda la tecnología de la fibra de carbono, con lo que ello implicaría en competitividad para industrias clave».Asimismo, mostró su optimismo respecto del porvenir del proyecto: «La economía mundial sigue creciendo, y las fibras artificiales experimentan creciente demanda por sus excelentes prestaciones de resistencia, durabilidad y adaptabilidad, estamos trabajando en algo que la sociedad necesita, y por ello debemos felicitarnos por este paso desde el periodo de pruebas al de fabricación plena», señaló.«Que una fábrica que llevaba casi 4 años parada, y solo realizando labores de mantenimiento, pueda ahora lanzarse al futuro como un competidor internacional de calidad es algo que nos tiene que llenar de satisfacción a todos», comentó, «y es una gran noticia para Miranda, Burgos y toda la comunidad industrial española», aseguró.La producción mundial actual de fibra de carbono se estima entre las 95.000 y las 115.000 toneladas, con una demanda fuerte que crece al 12% anual y alcanzará, según las previsiones del sector, las 175.000 toneladas en 2025. De ahí que l horizonte indica que se necesita prácticamente doblar el presente nivel productivo, y de ahí la apuesta empresarial de Praedium en Miranda, que sigue a la que recientemente ha desarrollado el grupo en la fábrica de Nylstar en Blanes (Gerona), otra industria clásica que también necesitaba reorganización.