Las joyas del motor clásico lucen palmito en la plaza de San Juan
El Club de Vehículos Clásicos cerró ayer en la capital su XVII Rally con la exposición de 30 coches
Presente y pasado se dieron ayer la mano en la plaza de San Juan de la capital gracias a la belleza de 30 vehículos clásicos antiguos a los que el mimo y pasión de sus dueños ha convertido en testigos mudos de la historia del motor. Relucientes y rodeados de la belleza pétrea del monasterio de San Juan y San Lesmes, todos ellos fueron objeto de las miradas y fotos de los cientos de personas que en la jornada dominical se pasearon por la popular plaza.Y todo ello a pesar de haber ‘nacido’ antes de los años 40 del pasado siglo, aunque como explican los expertos, basta con que superen los 25 años para ser considerados clásicos. La edad, como en el buen vino, no es algo que les reste elegancia y calidad, ya que como dijo uno de los muchos paseantes a su acompañante, «no hace falta ser un gran amante de los coches para reconocer su belleza, y mucho mas resistentes que los modernos de hoy».Además de testigos de una labor de diseño e ingeniería que los mas de 150 miembros del Club Burgalés de Vehículos Históricos no dudan en pasear por todo el país. «Cierto que no son útiles para moverte a diario por la ciudad, pero tampoco son ya sólo objeto de adorno en un museo», asegura el presidente del club, Ricardo Angulo. De hecho, explica cómo el XVII Rally de Coches Antiguos que ayer concluyó en Burgos, el sábado paseó a coches y conductores por el norte de la provincia. «Un paseo por Espinosa, Medina y otros lugares en los que sus empinadas carreteras nos pusieron a prueba y todos, nosotros y los coches, salimos airosos», bromea. Cita a la que se sumarán en breve l día 17 otra en Montorio, y el día 25 en la capital, en que estas bellezas de metal y cuero llevarán a las Reinas de las Fiestas en la cabalgata.A las puertas ambos -el club y Angulo en la presidencia del mismo- de cumplir el cuarto de siglo, este amante del motor confiesa que su pasión por los coches comenzó de pequeño, y que hoy le lleva a estar rodeado de coches Buick, Dodge, Ford o Chevrolet. «Cuando con apenas 14 años no dudaba en colarme en el taxi que mi padre conducía por la zona de Oña, para verle conducir o trastear en el motor», recuerda.«Algo que en los coches de ahora no es tan fácil ni tan atractivo, ya que cada vez son más los elementos electrónicos que se incorporan, lo que hace que pierdan parte de su gracia... y su valor», añade. Si bien niega que sea tan alto el coste de adquirir y conservar estos vehículos -«pues es una pasión como cualquier otra»-, sí ganan sin embargo con el tiempo. «Un coche nuevo que vale hoy 30.000, en un año vale 5.000; uno de éstos que hoy vale 30.000, el próximo año vale 35.000... o más».