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Los frescos de Luis Sáez ya lucen en la iglesia de Mazuelo

El Consistorio ve cumplido su deseo de contar con obra de su ilustre convecino Las piezas se extrajeron de la capilla del hospital Yagüe antes de demolerse

La iglesia acoge ambas obras ya en la localidad, tras ser rescatadas antes de la demolición del viejo hospital.-R.O.

Publicado por
M. M
Burgos

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‘La Virgen de la Ternura con el Niño Jesús’ y ‘San José Obrero en el taller de carpintería’, los dos frescos realizados en 1964 por el burgalés Luis Sáez en la capilla del antiguo hospital General Yagüe, ya lucen en la iglesia de la localidad natal del artista, Mazuelo de Muñó. Autoridades, corporación municipal y vecinos fueron así testigos ayer de la apertura al público de las pinturas ya colocadas en la iglesia de este pueblo, «lo que significa también ver hecho realidad un deseo que teníamos de contar con obra de nuestro convecino», comentó la alcaldesa, Susana Pardo.La edil se mostró así contenta de poder tener estas piezas, las cuales solicitaron que fueran trasladadas o cedidas a la pequeña localidad tras conocer el destino que correría el conocido edificio. Hicieron así su petición a la Diputación para que ésta mediara ante la Tesorería de la Seguridad Social -dueña del edificio del viejo hospital -, y con la empresa encargada del derribo, Erri Berri.Tras el visto bueno de la primera y el compromiso provincial de hacerse cargo del coste de la retirada y traslado de las obras, se cedió a la Institución Provincial el uso de las mismas, siendo su exposición en la iglesia de Mazuelo de Muñó el elegido. La Diputación acordó entonces con Erri Berri que los trabajos de demolición programados proseguirían, pero por la parte opuesta a aquélla en la que se encontraba la capilla, dando así tiempo a programar la retirada de las pinturas. Labor adjudicada, a su vez, a la empresa Batea, por 25.000 euros.Las grandes dimensiones de los frescos -2,90 x 1,84 metros cada una de ellas-, y su ubicación -estaban realizadas sobre las paredes del edificio-, dificultaban la labor, la cual se concluyó en marzo tras el uso de técnicas especiales de retirada de la policromía y traslado a un nuevo soporte. El siguiente paso fue su exposición hasta el pasado 23 de abril en el monasterio de San Agustín, mientras el Ayuntamiento realizaba los cambios necesarios en la iglesia para dar cabida a sendas obras en una de sus paredes.Trabajos entre los que estuvo la retirada del retablo de las Ánimas, así como el traslado a otro punto del templo de uno de los confesionarios y de la figura de San Isidro, ya ubicado todo ello en otro lugar del templo. «La intención ahora es potenciar las visitas a la villa y al templo, con las obras de Luis Sáez como un elemento destacado más de la villa, por lo que hemos creado una web en la que se detalla cómo contactar con nosotros para poder visitar las obras».Pardo destaca así que una vez cumplido uno de sus sueños, comenzarán a trabajar en el segundo: la recuperación del castillo, reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC). De propiedad privada, explica que años atrás su actual propietario sí valoró la posibilidad de recuperarlo, pero la crisis truncó sus planes. «Por ello, nuestro deseo es retomar conversaciones con él y con las instituciones -porque solos está claro que no podemos hacerlo-, con la idea futura de que una de sus plantas pueda convertirse en un museo dedicado a Luis Sáez, pero insisto en que necesitaremos ayuda», afirma.