Rubena exige retirar de la N-1 las gasolineras abandonadas
Es «la mancha» del proyecto de mejora y creación de accesos a varios pueblos vecinos que acaba de licitarse Costará 11,9 millones y comenzará en primavera
«Ahora sólo falta que el Ministerio de Fomento inste a Repsol a desmantelar de una vez las gasolineras abandonadas desde hace más de 8 años que tiene en la N-1, y que de no estar permitirían ubicar ahí las dos rotondas de enlace proyectadas, con la consecuente reducción del suelo a expropiar y de dinero a pagar a sus dueños...».La permanencia de dichos espacios en desuso es la ‘mancha’ de un «esperado» proyecto que acaba de dar un nuevo impulso, tal y como remarca el alcalde de Rubena, el popular Ismael Ruiz. Se trata del concurso para la licitación de las obras en la N-1 que permitirán, no sólo dar mayor seguridad a la transitada vía, sino crear mejores accesos a sus tres eternas vecinas: las localidades de Atapuerca, Rubena y Quintanapalla.Y es que tras la publicación -a instancias del Ministerio de Fomento-, del anuncio esta semana en el Boletín Oficial del Estado (BOE), «vemos que se retoma un proyecto del que lo último que sabíamos es que se aprobó años atrás, presentamos alegaciones y ahí quedó, a la espera de que se redactara el proyecto definitivo», recuerda el edil. «Por ello estamos encantados de que dicho proyecto esté ya, y el anuncio sea directamente de la obra», añade.«Una espina clavada»Ruiz confiesa que la existencia de ambas gasolineras, «hoy convertidas en dos basureros, es la espina clavada que tenemos en Rubena desde hace años». Y es que a pesar de haberlo pedido muchas veces -sobre todo al saber que Fomento se planteaba cambiar el proyecto inicial e incluir rotondas y accesos a estos pueblos-, «trasladamos la urgencia de que desaparecieran, y del ahorro que supondría a los responsables de la Demarcación de Carreteras en Burgos, y hubo quien me acusó de preocuparme de un suelo que ni siquiera era mío», recuerda irónico y molesto. «Lo que entiendo es mi deber para con los vecinos».Cree por ello, que éste es el momento de urgir «en serio» a la petrolera a la retirada y desmantelado de ambas dotaciones, «una vez que el proyecto ya es firme y comienzan los pasos que darán lugar a la obligada expropiación -que afecta a unos 22 dueños-, y a la obra en sí». Trámites «perfectamente compatibles con dicha retirada de las dos estaciones abandonadas, pues llevarán meses».Así, recuerda que según el anuncio ministerial, los próximos pasos del proyecto serán entre otros, la apertura del plazo de presentación de ofertas hasta principios de octubre, al que seguirá el de apertura de éstas el 27 de noviembre, lo que posibilitará que la adjudicataria pueda iniciar las obras en primavera.Asimismo, la licitación marca 27 meses para realizar los trabajos en un tramo de 5,8 kilómetros a los que se destina un presupuesto de licitación de 11,9 millones de euros. Incluye la eliminación de los accesos ya existentes desde la N-I a Rubena y Quintanapalla, redistribuyendo esas uniones con varios viales conectados a los dos nuevos enlaces proyectados en Rubena -en el kilómetro 251,9- y en Quintanapalla -en el kilómetro 254-, resolviendo también éste último la conexión con la carretera BU-701 a Atapuerca. «De ahí que si todo va bien, puesta estar listo a lo largo del verano de 2020 como pronto», concreta.Ruiz reitera su alegría por que cada vez esté más cerca. «Ahora sólo pedir que todo vaya rodado y tras la licitación, lleguen la obra y su puesta en marcha en breve», desea. Y es que la historia viene de atrás, en concreto de 2005 en que Fomento aprobó intervenir en el tramo entre Rubena y Fresno de Rodilla. Hubo entonces un proyecto inicial al que Rubena, entre otros, presentó alegaciones, pidiendo algunos cambios. Peticiones que se incluyeron, en parte, en el proyecto en el que ahora se basa el concurso de una obra que da respuesta a 12 años de espera.