El Correo de Burgos

Optimismo en Pinares para iniciar la campaña micológica

Regumiel y Canicosa de la Sierra esperan comprobar la eficacia del sistema Micocyl debido a que la presencia de setas fue «inexistente» el año pasado

Las setas son un recurso gastronómico muy apreciado en la comarca de Pinares que genera un gran impacto social y económico.-R.F.

Las setas son un recurso gastronómico muy apreciado en la comarca de Pinares que genera un gran impacto social y económico.-R.F.

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RAQUEL FERNÁNDEZ / Quintanar
Burgos

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El año pasado, por estas mismas fechas, los expertos auguraban que la campaña micológica sería escasa en la comarca de Pinares. Tanto fue así que se llegó a tachar de «inexistente». Lo peor en este sentido es que pueblos como Regumiel o Canicosa de la Sierra, que por primera vez se estrenaban formando parte en el sistema de regulación de la Junta de Castilla y León (Micocyl) no pudieron comprobar las ventajas que teóricamente ofrece la pertenencia a este sistema conjunto de control micológico.Para esta temporada, que al parecer cuenta «con mejores expectativas», los alcaldes de ambas localidades pinariegas esperan al fin poder ser testigos de la eficacia del sistema Micocyl frente a los campamentos ilegales de furtivos que destrozan los montes sin compasión alguna. Un problema que en 2015 -la última campaña fructífera en esta zona- provocó una gran alarma social, hasta el punto de que los ediles de la comarca llegaron a confesar que «los vecinos se sentían amenazados en sus propios montes». Asimismo, señalaron que el bosque de Pinares «había sido totalmente destrozado por estas personas llegadas en su mayoría de países como Rumania».Para el alcalde de Canicosa de la Sierra, Ramiro Ibáñez, la razón de peso por la que su pueblo se incorporó el año pasado al Micocyl no fue la de recaudar dinero, sino el control del monte que tanto se espera. «En 2015 la situación llegó a ser insostenible y el año pasado decidimos incluirnos en el Micocyl porque teníamos que tomar una solución al respecto. La campaña fue nula y no hubo venta de licencias de recolección, aunque eso no es lo que a nosotros nos preocupa, ya que nuestro objetivo no es recaudar. Queremos que haya un control, y formando parte de este sistema confiamos que tanto el Seprona, como los Agentes Medioambientales de la Junta, vigilarán los montes ante la amenaza de los furtivos», asegura.Por su parte, el primer edil de localidad de Regumiel de la Sierra, José Luis Vázquez, ha manifestado que este año -si al final hay campaña- «será la prueba definitiva para saber si funciona o no este sistema de regulación de la recolección», de tal manera que el municipio podrá comprobar si realmente «nos conviene estar dentro o por el contrario salirnos si vemos que no tiene resultados». Y es que «el año pasado la campaña fue nefasta y no pudimos comprobarlo», confiesa Vázquez.En la otra cara de las regulaciones se encuentra el Coto ‘Pinares Sur’, que continuará esta temporada con su regulación propia, tal y como lleva haciéndolo desde hace algunos años y sin intención de cambiar debido al éxito de la iniciativa. Doce municipios forman parte de este conjunto asociativo, entre ellos Hontoria del Pinar, Huerta de Rey, Rabanera o Silos. Las localidades implicadas se han convertido de esta forma en pioneras en la comarca serrana en la gestión municipal de su micología. Entre las últimas novedades, para esta temporada los alcaldes integrantes estudiarán la puesta en marcha de una plataforma de expedición de licencias a través de internet. La propuesta «mejoraría bastante la gestión» y «se estudiará en una reunión en este mes de septiembre», subraya Javier Mateo Olalla, regidor de Hontoria del Pinar.También Neila es otro de los pueblos de esta zona que cuenta desde hace varios años con regulación micológica municipal y, además, con una valoración bastante positiva por parte del Ayuntamiento.No es para menos, ya que «en la campaña de 2015, que fue muy buena, los beneficios ascendieron entre los 7.000 y 8.000 euros para el pueblo y se solucionó mucho el furtivismo», apuntan desde el Consistorio.Entre los municipios de la comarca serrana y pinariega que faltan por contar con regulación micológica se encuentra Quintanar de la Sierra, localidad que a día de hoy está estudiando las posibilidades y alternativas al respecto. A este respecto, la alcaldesa, Montse Ibáñez, afirma que «la Corporación anterior elaboró una que el año pasado quedó sin aprobar y nosotros queremos proponer algunos cambios para conseguir aprobarla definitivamente».

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