Ojo Guareña seguirá en el punto de mira de Edelweis este año
Al análisis del efecto del agua en su interior desde hace tres años -tras apreciarse movimientos en la campa-, suman el de muestras que datan presencia humana hace entre 8.000 y 3.500 años
Ojo Guareña y sus grutas y sifones subterráneos seguirán siendo el punto de interés para el grupo burgalés de espeleólogos de Edelweis. Así lo confesó ayer su presidente Miguel Ángel Martín, durante la presentación del número 22 de la revista Cubía, en la que con periodicidad anual sus miembros dan a conocer algunos de los muchos secretos que esconde el subsuelo burgalés, y que con paciencia y tesón ellos logran descubrir.De hecho, el conocido espacio natural de la provincia protagoniza varios de los artículos que el equipo ofrece entre las páginas del que es ya el número 22 de la conocida publicación, en cuya edición colabora la Diputación Provincial. Y es que las sorpresas se suceden para este equipo de expertos burgaleses, entre las cuales se encuentra la observación de cómo el agua de lluvia sigue filtrándose al interior de la gruta, siendo éste uno de los motivos que llevó a que la campa exterior experimentara movimientos, que suscitaron cierta alarma en el entorno de San Bernabé.Motivo por el cual Edelweis lleva tres años trabajando en su interior -a petición de la Junta y del propio Ayuntamiento de Merindad de Sotoscueva que gestiona el lugar-. Si bien han podido confirmar cómo el sifón subterráneo se encontraba en parte colmatado, también han observado cómo el agua, a pesar de filtrarse poco a poco, está arrastrando con ella arcilla, caliza y otros materiales.«Hecho que está dando lugar a que espacios antes abiertos y ya catalogados, se estén obstruyendo y colmatando, mientras que otros hasta ahora taponados se estén desatascando», explicaba ayer el presidente, «lo que motivará una posterior revisión y actualización de todo lo conocido hasta ahora».Análisis al que se suma un segundo hallazgo como ha sido el arrojado por más de una veintena de muestras de tizones tomadas en el interior de diversos espacios de Ojo Guareña -ya en análisis y a las que seguirá un segundo lote recientemente enviado para igual fin-que muestran rastros de presencia humana en el lugar.«Y en distintos momentos -concretamente hace unos 3.500 años, unos 7.000 y unos 8.000 años-, y en diferentes lugares, que muestran que quien estuvo allí no sólo la halló de casualidad y luego se fue o murió como creíamos a raíz de hallazgos anteriores que se dataron en hace unos 11.000 años », explicó el experto. «Sino que tuvo habitantes en otros momentos que no sólo se quedaron junto a la entrada de Cueva Palomera sino que siguieron algo mñas, pues algunas muestras de tizones se han hallado a unos 1,4 kilómetros de ésta».Martín explica que todas estas cuestiones protagonizarán futuros artículos y trabajos en los que están ya inmersos, «y que enriquecerán el conocimiento que ahora se tiene de este lugar, a la vez que a nosotros como espeleólogos no deja de picarnos la curiosidad».Como también lo hizo, durante una de las salidas a Ojo Guareña de las 12 que se realizaron al lugar, la visita al sifón terminal de la Galería de las Marmitas junto al buzo del Grupo Espeleológico Ribereño Esteban Velázquez. Éste, tras acceder al mismo, continuó explorando 150 metros más de los conocidos hasta entonces, «y que acercan el lugar junto a las primeras edificaciones de Villamartín de Sotoscueva», ubicó el responsable.Detalles que, a su parecer, refuerzan la creencia que siempre han tenido de la inmensa riqueza geológica y kárstica que alberga este impresionante paraje, y que le convirtió en escenario del III Encuentro Internacional de Espeleología,. «Burgos fue la ciudad anfitriona, donde acudieron equipos de toda España pero también otros de Francia, Dahomey, Mónaco e Italia, con la ausencia de Polonia a los que por motivos políticos no se dejó venir», recordaba, evento celebrado en 1958 del que se cumple este año su 60 aniversario, y que hizo del lugar un punto de referencia en toda Europa».Actuaciones junto a las que Martín detalló muchas otras, las cuales protagonizan los artículos del nuevo número de Cubía. Recordó así que siguen colaborando con el Cenieh (Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana), en la digitalización de espacios subterráneos de la provincia. «Algunos de los cuales engrosan ya el listado de más de 1.500 cavidades de la provincia, que ya están en la base de datos de nuestra página y que dentro de un año esperamos que superen las 2.500».Además del Inventario de Cuevas Arqueológicas en el que trabajan desde hace 3 años -tras acuerdo con la Junta-; así como la investigación sobre los registros de plomo atmosférico hallado en hielo fósil recogido en la Torca de la Grajera. «O el recuerdo del 150 aniversario de la primera publicación que describió con detalle Atapuerca, realizada con gran detalle y precisión en 1868 cuando la espeleología no tenía aún ni nombre».