El Correo de Burgos

Rechazo vecinal a una macrogranja porcina en Llano de Bureba

La principal asociación de la localidad asegura que al contar con una media de 20.000 animales, el consumo de agua de la granja equivaldría al de un pueblo de 450 habitantes

La macroexplotación se ubicaría en la finca de El Moscadero, a escasos 500 metros del casco urbano de la localidad.-G.G.

La macroexplotación se ubicaría en la finca de El Moscadero, a escasos 500 metros del casco urbano de la localidad.-G.G.

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GERARDO GONZÁLEZ / Briviesca
Burgos

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La instalación de un macrogranja de porcino en Llano de Bureba se ha topado con la férrea oposición del principal colectivo ciudadano de la localidad, que cuenta con más de 300 asociados. De hecho, han autorizado de forma mayoritaria a su presidente, David Martínez, a ejercer «cuantas acciones y actividades sean necesarias contra la instalación» de esta explotación proyectada en El Moscadero.Cabe destacar que la cifra de asociados triplica al número de residentes en la villa, con lo que la oposición a esta instalación crece de forma exponencial además de sumar apoyos entre colectivos de localidades vecinas. El rechazo reside principalmente en el hecho de que la construcción de esta granja porcina se llevaría cabo a tan solo 500 metros del casco urbano de Llano de Bureba, de ahí la negativa y preocupación de los vecinos del pueblo y de otras localidades cercanas.Su principal inquietud reside en que no se trata de una explotación en el sentido tradicional de las que abundan en el medio rural, sino de un modelo de producción industrial con destino a grandes empresas para la exportación de la carne. Por lo tanto, quienes se oponen al proyecto temen su presumible impacto medioambiental y los perjuicios para su actual calidad de vida.Se calcula que la macrogranja ocuparía una superficie equivalente a 55 campos de fútbol. Además, también se prevé la instalación de una incineradora para la eliminación de los cadáveres en la explotación, que se estima en una media de 600 al mes.Los vecinos que rechazan el proyecto también hablan del elevado consumo de agua potable de la granja, diseñada para la reproducción y, por tanto, con una ocupación media de unos 20.000 ejemplares, lo que equivaldría al consumo de una población de 450 habitantes. Así pues, teniendo en cuenta los sistemas de abastecimiento de los municipios del entorno, creen que provocaría más carencias en el suministro, por no hablar del consumo energético equivalente al de una población de 260 hogares.Asimismo, consideran que estas dimensiones agravarían la despoblación al poner en peligro los empleos generados por los vecinos de segunda residencia con una mínima contrapartida, de cuatro a seis empleos, por la elevada automatización de la explotación proyectada. Otro aspecto a remarcar son las deficientes infraestructuras de comunicación viaria de la zona para la circulación de transporte pesado en la red de carreteras provinciales del lugar, tanto por su estado como por sus dimensiones.De hecho, resultaría físicamente imposible que un vehículo agrícola pudiera cruzarse en las carreteras con un camión que circulara en sentido contrario, amén de suponer un riesgo para el resto de vehículos en numerosos puntos del trazado con curvas de muy escasa visibilidad.

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