RIBERA
La ARMH busca 18 represaliados en una fosa de Fuentecén
Entre los restos podría estar el bisabuelo de la ex ministra Carme Chacón
Aunque en el año 2013 la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica dio por terminada la búsqueda de las 212 personas, que según sus cálculos, permanecen aún enterradas en cunetas de la comarca de la Ribera -desde que fueron asesinadas por el bando franquista en 1936-, nuevas pistas han motivado emprender una nueva exhumación; esta vez en la localidad de Fuentecén. «Creemos que allí están los 18 represaliados de Nava de Roa», explica a este periódico uno de los promotores del colectivo, José Ignacio Casado, con la esperanza de que tras varios intentos infructuosos en la zona, encuentren por fin la necrópolis. «Sabemos que iban en grupo y fueron separados en dos y que entre ellos estaba Gonzalo Liras, el bisabuelo de la ex ministra socialista, recientemente fallecida, Carme Chacón», relata.La incursión se producirá cuando la parcela donde se ubica la fosa se libere de la cosecha de patatas que en estos momentos hay plantada. «Esperamos poder entrar en septiembre u octubre», concreta.Fosas
Hasta ahora la asociación ha recuperado en la Ribera 488 cuerpos de los 700 que fueron ajusticiados entre el 3 de agosto y el 9 de octubre de 1936. Las principales fosas han sido localizadas en La Andaya (85 personas), la zona de Costaján (83), La Legua en Gumiel de Izán (59), La Lobera de Aranda de Duero (46), Milagros (46), Villamayor de los Montes (46) y Ventosilla (44 en el campo de aviación) pero queda trabajo por hacer. «Sabemos que hay en Costaján, donde será muy difícil porque ahora hay chalets; en Nava de Roa, en la Horra y en Ventosilla pero sin testigos es muy difícil porque no se puede buscar al azar».Detrás de cada cifra, insiste, se esconden historias aterradoras como en La Andaya de Lerma, una fosa en la que entre los 85 restos descubiertos se encontraba la corporación arandina de entonces (alcalde más seis concejales), 16 jóvenes socialistas y un maestro de Gumiel de Mercado. En una de las cuatro fosas recuperadas se halló además a una de las seis mujeres que han aparecido durante estos años de búsqueda.En otra, se escondía una historia estremecedora, el asesinato de dos hombres a manos de su propio hermano. «Era un auténtico criminal», relata consciente de que la labor de «devolver la dignidad perdida» todavía no ha finalizado. «Sabemos que es muy difícil, y que algunas en las que han aparecido restos se han ido tapando porque aquí hay mucho tabú», lamenta al recordar que en Aranda de Duero hubo un campo de concentración de clasificación de prisioneros de guerra, en la explanada que separa la estación de autobuses y la del tren. «Desde ahí iban a Burgos para ser fusilados o eran repartidos en unidades para obras pública», señala indignado porque Aranda de Duero siga manteniendo el reconocimiento de Hijo Adoptivo al general Enrique García Lasierra, uno de los «asesinos más sangrientos» y quien «dirigió» la mayoría de estos crímenes. «Pueden decir que no es adoptivo desde el momento que ha muerto pero es un criminal de guerra; un psicópata», censura.Huesos
Si encontrar restos es todo un reto, sobre todo si tenemos en cuenta la fuerte inmigración de los años 60 y 70 y el irremediable paso del tiempo, identificar a las personas es todavía más complicado. La falta de familiares con los que comparar el ADN y la contaminación de los propios huesos por la utilización de abonos impiden, en muchos casos, la identificación. Estos son los dos principales motivos por los que en los quince años de búsqueda solo se han podido identificar un par de docenas de cuerpos. Desde el año 2000, en España se han encontrado 332 fosas de las 2.000 que se calcula que hay.