RIBERA
«Llegará el día en que no se pueda plantar por falta de agua»
En su charla, el experto Pancho Campo advirtió de un cambio climático que ya ha llegado
Aunque algunos todavía lo nieguen, solo hace falta ver el «maravilloso día» que hizo ayer en Aranda de Duero, pese a estar en pleno mes de febrero. El cambio climático «es una realidad», y con el fin de adoptar medidas que contribuyan a ralentizar esta tendencia, la capital ribereña contó ayer con todo un experto en la materia: el director del Climate Change Leadership, Pancho Campo. Bajo la atenta mirada de profesionales relacionados con el sector vitivinícola, entre los que se encontraba el presidente de la Ruta del Vino, Miguel Ángel Gayubo, el activista medioambiental que tiene en su haber ser el primer hispano-chileno en obtener el título de Master of Wine, explicó la importancia de luchar contra un fenómeno que puede cambiarlo todo también en el mundo del vino.«El buen vino sale de buenas uvas y estas vienen marcadas por la cantidad de lluvia, la temperatura del aire y otros factores como los rayos ultravioletas. Si estos parámetros cambian por el cambio climático, cambiará la calidad de la uva y el estilo del vino obligando al bodeguero a intervenir más y adaptarse», señala.Este aumento de temperaturas que se está extendiendo por todo el planeta, está teniendo ya como primera consecuencia un mayor nivel alcohólico (por la subida de azúcar) de unos vinos que presentan además menos acidez. «Con este aumento de temperaturas se desdoblan las maduraciones, tanto fenólica- que es la que da los aromas y el carácter a la uva-, como el grado alcohólico, que se dispara sin que la uva este todavía madura y eso puede restar calidad al vino».La segunda consecuencia práctica, que se está observando en algunas zonas es la proliferación de bacterias y enfermedades de la vid. Eso por no hablar, añade, de las complicaciones que estas temperaturas altas tienen para la sequía y para los trabajadores del campo.Por el momento, el alcance es desigual y en las zonas más frías está beneficiando. Es el caso de Burdeos, donde en la última década se han logrado cosechas «espectaculares. No hay que confundirse, si el aumento de las temperaturas continúa, lo que ahora es bueno pasará a no serlo», advierte.El panorama todavía se presenta peor para las zonas más cálidas como La Mancha o Extremadura. «Allí el impacto es más drástico», concreta convencido de que si el aumento continúa «no habrá adaptación que valga. Llegará el día en que no se pueda plantar por falta de agua, de humedad y sobre todo por estrés hídrico».Pero, ¿cómo está afectando a la denominación de Origen Ribera del Duero? En su opinión, aunque se aprecia menos por la influencia del río Duero y las características del terreno, si no se actúa el cambio climático llegará. «Que se esté notando un poquito menos no significa que Ribera no lo vaya a sufrir», insiste con la mirada puesta en la diferencia de temperatura entre el día y la noche; el principal factor que hace de esta tierra de vinos una zona especialmente buena para la producción vinícola.«En los últimos veinte años esta diferencia ha disminuido no tanto por las temperaturas diurnas sino por el aumento de las nocturnas y eso repercute en la planta», explica mientras pone un ejemplo: «si tras un día agresivo, la planta no descansa, va a tener peores condiciones».Decidido a buscar soluciones, el ex tenista comenzó en el año 2006 una batalla en la que cuenta con pesos pesados mundiales como el ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, o el ex vicepresidente, Al Gore. El próximo congreso internacional reunirá, de nuevo en Oporto, entre los días 5 y 7 de marzo, a profesionales y expertos del sector del vino. Todos con un objetivo: dar soluciones prácticas al problema del cambio climático.«No vamos a contar los daños que están provocando los huracanes o las inundaciones, que está ya muy visto. Allí todos los ponentes aportarán soluciones como lo que se ha logrado en el Douro, donde para combatir con el granizo están utilizando nitrato de plata en las nubes», anima.