El Correo de Burgos

tribunales

El juez no aprecia fallos de seguridad en Castrovido y exculpa a los 2 acusados

El accidente, en el que murieron 4 personas, se produjo por la rotura imprevista de unas soldaduras / El que hubiera trabajadores bajo el blondín es inevitable por el tipo de construcción, según el juez

Las obras de la presa están prácticamente terminadas.-ISRAEL L. MURILLO

Las obras de la presa están prácticamente terminadas.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
Burgos
Burgos

Creado:

Actualizado:

Los dos acusados en el proceso penal por la muerte de cuatro personas en el accidente de la presa de Castrovido en 2011 han quedado absueltos al quedar acreditado, según el juez, que no tuvieron participación ni en la elección del método de construcción, con blondines cargados que pasan, inevitablemente, sobre los trabajadores de la obra, ni en la compra, diseño, fabricación o mantenimiento de la torre que se desplomó al fallar unas soldaduras, dejando caer el blondín con 27 toneladas de hormigón sobre seis trabajadores. Cuatro de ellos perdieron la vida en el acto y dos quedaron gravemente heridos.La sentencia exonera de responsabilidad en cuatro delitos de homicidio por imprudencia grave al jefe de obra y al coordinador de seguridad ya que, fruto del testimonio de los testigos y los abundantes informes periciales incorporados a la causa, el titular del juzgado de lo penal número 3 de Burgos llega al convencimiento de que los acusados no decidieron sobre el sistema de construcción adoptado por la constructora FCC era correcto y validado por el Ministerio de Medio Ambiente y que «dicha actividad hace necesaria e inevitable la presencia de trabajadores en bloques contiguos mientras se transportaba hormigón en los blondines», según reza la sentencia.El fallo se apoya en informes periciales que señalan que es la única opción para cumplir «los requisitos de calidad, seguridad de la presa y plazos razonables de ejecución». Es más, recuerda el juez, que con posterioridad al accidente «ha seguido pasando la cuba trasladando hormigón por encima de los trabajadores o personas que pudieran hallarse debajo», dado que es el sistema necesario de construcción.Tampoco cree que pueda culparse a los acusados de negligencia por el hecho de que los fallecidos estuvieran en el bloque contiguo al que se estaba hormigonando cuando ocurrió el accidente y detalla que, según las declaraciones de los testigos, se evitaba que hubiera gente al subir y bajar el blondín o se avisaba con bocina que transportaba carga diferente al hormigón, pero no había un protocolo cuando se desplazaba en horizontal con cemento, ya que esa actividad era constante porque es la principal tarea en este tipo de obra.Soldaduras defectuosasEl magistrado también ratifica que ambos acusados no tuvieron que ver con los «eventuales efectos de fabricación» de la torre de elevación del blondín que se desplomó, ya que su función era la de hacer cumplir el plan de revisión y mantenimiento. Los testigos explicaron que las revisiones mecánicas estaban relacionadas con posibles faltas de engrase así como un posible desgaste de las poleas y que las estructuras metálicas no eran objeto de revisión, pero señaban que en ningun momento se les indicaba que que las revisiones tuvieran que ser más exhaustivas. De hecho, el día del accidente el blondín no dio ningún aviso previo sino que colapsó de repente sin ninguna anomalía o señal que diera aviso previo.Otro testigo confirma que las estructuras metálicas se revisaban visualmente al igual que las soldaduras, que deberían ser perpetuas, y «que no se advirtió ningún indicio de anomalía o deterioro, corrosión u oxidación, procediéndose a realizar revisiones diarias, semanales o mensuales según los casos siendo que todo ello se recoge en el manual del fabricante».Un tercer empleado sostuvo en la vista oral, y así lo recoge el juez en su sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico, que «en una torre puede haber unas 2.000 soldaduras aproximadamente y que se parte de la base de que las soldaduras deben durar en correcto estado durante toda la vida útil del blondín».El juez cita uno de los informes periciales para asegurar que tampoco se desprende con claridad que haya existido una actuación negligente en relación al mantenimiento del sistema de blondines que pueda resultar penalmente imputable a los acusados.Además, tampoco se concluye, aunque la sospecha queda reflejada en el fallo judicial, que se pueda certificar que las estructuras metálicas estuvieran mal diseñadas o ejecutadas, aunque lo cierto es que se fracturaron tres soldaduras por la un proceso de deterioro por fatiga de algunas de sus uniones soldadas. Un informe de Intemac para el Fiscal apunta a que las soldaduras de la torre que colapsó eran de calidad deficiente sin ser hábiles para la función que tenían encomendada.Sin embargo, como el juez entiende que los dos acusados no son responsables de la compra o fabricación del blondín y que se realizó correctamente el mantenimiento de las estructuras metálicas según los manuales de revisión del fabricante y que éste no obligaba a revisar las soldaduras, no se les puede culpar de la rotura y desplome de la torre de elevación del blondín. Además, por esos motivos, según señala el magistrado, ni siquiera hay que entrar en el «examen de los defectos de fabricación o construcción del sistema de los blondines y de su eventual incidencia en la causación del accidente litigioso resultando por ello innecesario analizar la prueba practicada al respecto».A mayores, cabe recordar que la empresa que fabricó los blondines (IES) sí estuvo imputada en el proceso en la persona de Adolfo Agra, cuyo fallecimiento puso fin a su responsabilidad penal en este caso.

tracking