Asensio peleará para que la capital «deje de mirarse tanto el ombligo»

El aún alcalde del pequeño municipio de Valle de Zamanzas, Juan José Asensio, anda de aquí para allá en una nueva campaña electoral con la que esta vez no optará a renovar cargo sino que luchará por que Imagina tenga representación en el Ayuntamiento capitalino, trabajando en ello como número 2 de la candidata a la Alcaldía de Burgos, María Eugenia Sáez.Recuerda que su intención es hacer uso de todo lo bueno y lo malo que ha aprendido en estos cuatro años de gestión municipal -como parte de una agrupación independiente-, de este pequeño municipio de apenas 79 habitantes repartidos en sus seis localidades. Paso adelante que dio tras llegar a la zona hace 15 años y asentarse allí, «y empezar a involucrarme en la vida del lugar, la cual vi peligrar por los continuos enfrentamientos entre grupos, que nos dejaban de lado al resto de vecinos, por lo que decidimos presentarnos», recuerda, «siendo 2 los cargos que logramos y que con un concejal del PSOE completábamos la corporación».Reconoce que fue sentarse en el despacho del alcalde y comenzar a romperse mitos sobre lo bonita que es la vida del pueblo, tras ver el mucho tiempo que se pierde en kilos y kilos de papeles y trámites. «Aunque en mi caso no fue mucho, porque estoy habituado a la burocracia, además de que no me importa insistir en dejar las cosas muy claras y por escrito, ya que las palabras se las lleva el viento».Insistencia -añade-, que aplica por igual ante las grandes administraciones como ante el resto de alcaldes de pueblos pequeños, «para dejar de hablar tanto y mejor buscar las vías efectivas para solucionar los problemas», advierte. «Y con la que he logrado que algunos -para bien o para mal-, sepan dónde está Valle de Zamanzas, y que tenemos muchas cosas buenas que queremos proteger y por las que queremos hacer uso de nuestros derechos para protegerlas».Asensio confiesa así su deseo de seguir haciendo de la lucha contra la despoblación, una de sus líneas de trabajo en esta nueva andadura en la que lleva semanas dirigiendo sus pasos hacia el Consistorio de Burgos, como segundo del equipo de María Eugenia Sáez, «ya que la despoblación no es un problema del mundo rural sino de toda la provincia y de todo el país», insiste.«El problema es que llegamos a todo con retraso, porque la cuestión de la despoblación ya se planteó décadas atrás, y se optó por otras formas de vida que frenaban las labores tradicionales, de las que nos olvidamos rápidamente, y del hecho de que habían sido la base de la economía y de la vida social durante muchos años», afirma. «Y más en una provincia como la burgalesa que lleva en los genes la ganadería, la agricultura, la actividad carreteril, la resinera...». Todas ellas labores «que han dado de comer a toda la provincia y a la capital también pero de las que nos hemos ido olvidando».Olvido que, en su opinión, se agravó con la llegada de la democracia, «en que se ha seguido mirando a las ciudades e insistiendo en no cuidar el mundo rural».Si bien reconoce que esto no sólo se debe a cierta dejadez de las instituciones -«que sí tienen los medios personales, técnicos y económicos para llevar a cabo medidas para paliar el daño de dicho olvido»-, también se debe a las especiales características de la provincia burgalesa por su extensión, dispersión y número de pueblos, ya que con casi 1.200 núcleos es la que más tiene del país.De ahí que insista en la necesidad de fortalecer los organismos más cercanos. «Como son las diputaciones, porque la de Burgos hoy está demasiado asentada en el edificio que tiene en la capital, del que su presidente tampoco sale tanto como debiera para conocer de primera mano esos problemas que en los pueblos vivimos todos los días».Fortalecimiento por el que ahora peleará junto a Sáez para que este acercamiento se palpe en el Ayuntamiento de Burgos, desde donde recordará «que la capital no puede sobrevivir sin sus pueblos, porque se nos olvida que el 80% de la vida de las ciudades deriva de una forma u otra del mundo rural», advierte Asensio.«Y sin embargo, nos empeñamos en desprestigiarlo y maltratarlo, cuando el agua de los grifos de Burgos la surten nuestros ríos, el oxígeno se nutre de nuestros bosques, la electricidad -como gran parte de la que se produce en toda España al ser Burgos una de las provincias que más genera-, llega de los parques eólicos-, y aún así...», lamenta.Velará por ello, para que el de Burgos «se convierta de verdad en el Consistorio de y para la provincia de Burgos, porque la ciudad ha olvidado que debe ser el epicentro de la provincia, dejar de mirarse el ombligo y potenciar la enorme riqueza que tienen todos y cada uno de nuestros pueblos, y si van de la mano con la capital, mejor aún».