Villariezo se motoriza para recordar a Esperanza Nuño
La exposición ‘Motos del ayer’ recauda fondos para un huerto solidario en Benín impulsado por la ciclista que falleció en septiembre tras un accidente
La sonrisa de Esperanza Nuño es eterna. Su fotografía en el cartel de la exposición ‘Motos del ayer’ que se celebró este fin de semana en Villariezo transmite la alegría e ilusiones de una burgalesa con muchísimos amigos y un proyecto en mente: la consolidación de una huerta en Benín. Por desgracia, un trágico accidente cuando circulaba en bicicleta por Fuentes Blancas el pasado mes de septiembre frustró por completo su altruista iniciativa. Perdió la vida injustamente, pero su recuerdo permanece inalterable en la memoria de sus más allegados, los mismos que decidieron poner en marcha este memorial para recaudar fondos por una causa en la que se involucró desde el minuto uno.«Tenía en mente ir y se quedó en blanco». A Eladio Calvo, socio del grupo Moteros de Burgos, se le quebraba ayer la voz por momentos al hablar de su amiga Espe, dispuesta a aportar su granito de arena en un proyecto solidario que ha permitido la construcción de un centro médico, un colegio, una escuela taller y «cinco o seis pozos». Gracias a esta exposición de motos clásicas, se podrá financiar «la bomba y las placas solares» necesarias para impulsar una propuesta «a medio hacer».El encargado de coordinar los proyectos en Benín es un sacerdote de Villanueva Río Ubierna que trabaja sobre el terreno para paliar, en la medida de sus posibilidades, la situación de pobreza extrema que atraviesa buena parte de la población del país africano. No hay intermediarios porque «el dinero se lo damos directamente a él». Calvo «lo ha visto y lo ha vivido». Sabe que ni un solo euro se pierde por el camino y por eso celebraba la buena acogida de la muestra. Aún así, nunca deja de pensar en lo «triste» que puede resultar ese escenario de necesidad acuciante. Además, «la mujer está muy maltratada, es exagerado».«Es bonito pero muy triste». Calvo se refiere a Benín, pero los sentimientos cruzados también son extrapolables a ‘Motos del ayer’. ¿Lo bonito? Un repaso a la historia a través de 119 vehículos «desde los inicios hasta la actualidad, empezando por una fiel reproducción del primer cuadriciclo diseñado por Henry Ford en 1886. ¿Lo triste? Obviamente, la ausencia incomprensible de Esperanza Nuño, cuya sonrisa presidía el polideportivo municipal de Villariezo gracias a un gigantesco cartel de la cita y decenas de fotografías a su alrededor.A Esperanza le hubiese encantado asistir a este evento. Apasionada de las motos, se apuntaba a un bombardeo. Por ejemplo, cuando aguantaba seis horas con la pizarra en las carreras del campeonato nacional de Vespa en las que participaba el equipo de Calvo. «Era una más de la cuadrilla y queremos estar con ella con lo que más le gustaba». El socio deMoteros deBurgos y coorganizador de la exposición sabía de antemano que reunir una colección así obliga a tirar de «muchos contactos», pero ni siquiera los quebraderos de cabeza o las horas de sueño perdidas para que todo saliese a pedir de boca le frenaron en su empeño. Por Espe lo que haga falta.Al final el esfuerzo dio sus frutos y el trasiego de asistentes -la mitad, más o menos, con chupa de cuero y casco en mano- invitaba al optimismo en lo que la recaudación se refiere. El boca a boca y la difusión de la muestra a través de las redes sociales colmó las expectativas de los promotores y el público supo valorar las piezas expuestas en este pequeño museo de la motocicleta.Había tanto que ver que resultaba difícil destacar una moto en particular. Aparte de la réplica del cuadriciclo de Ford, Calvo no dudaba en remarcar el incalculable valor de una Indian de los años 20, propiedad de un particular de Belorado y expresamente cedida para la ocasión, sobre la que Esperanza Nuño tuvo el honor de «dar una vuelta» durante una exhibición en el municipio leonés de La Bañeza.Tampoco faltaron a la cita Ángel Nieto y Ricardo Tormo, dos pesos pesados del motociclismo inmortalizados en su día en Villalonquéjar. También eternos en el recuerdo de muchos, evocaron una época pasada que «a la gente le gusta mucho».