PATRIMONIO NATURAL / FALTAN AYUDAS ESTABLES
Ojo Guareña cumple medio siglo de apertura gracias a Edelweis
El grupo espeleológico descubrió huellas en 1969 y hoy sigue ahí, a pesar de la falta de programas y ayudas estables acordes a la importancia del enclave, que en 2018 recibió más de 42.000 visitas
A pesar de ser uno de los enclaves más conocidos y visitados de toda la región (y por extensión de la provincia burgalesa), no todos saben que Ojo Guareña es hoy lo que es, gracias en gran parte a la inquietud del Grupo Espeleológico Edelweiss (GEE), que con casi 70 años de historia llevan 50 estrechamente unidos a este espacio natural.Y es que en julio de 1969 fueron algunos de los miembros de este equipo investigador burgalés quienes hallaron en el mundo subterráneo de este emblemático paraje natural sito en Meridad de Sotoscueva, en concreto en el suelo arcilloso de algunas de sus cuevas, centenares de improntas de pies descalzos dejadas por un reducido grupo de personas que realizó un recorrido de ida y vuelta por la cavidad.Pisadas de hace más de 15.000 años (Paleolítico superior) que si bien contribuyeron a la declaración de Ojo Guareña en 1970 como Monumento Histórico Artístico (antigua catalogación de los actuales BIC- Bien de Interés Cultural)-, y al inicio de un nexo inquebrantable entre el lugar y Edelweis que medio siglo después continúa, no atrajeron sin embargo las ayudas, apoyos y reconocimientos acordes a la remarcada importancia del lugar, aunque sí una protección que quizás la haya salvado de lamentables destrozos o de la dejadez total.«De hecho, nosotros sí creímos que todas estas ayudas irían llegando, sobre todo tras otorgarle este reconocimiento nacional como monumento a proteger, pues cada vez que profundizábamos encontrábamos algo impresionante en el lugar», confiesa uno de sus fundadores, Miguel Ángel Martín.Añaden que las investigaciones científicas «se han ido demorando hasta que, en estos últimos años, hemos ido aplicando metodologías de análisis de los rastros basadas en fotogrametría y en el escaneado en 3D, permitiéndonos realizar dataciones de los restos de antorchas y tizonazos que se conservan en su entorno más próximo, entre otras labores», comenta el burgalés, quien narra parte de esta andadura en uno de los artículos aparecidos en el último boletín de la Revista Cubía que edita el grupo.referencia internacionalActuaciones que se han sucedido a lo largo de los años, y que han dado lugar en este último medio siglo a multitud de artículos de todo tipo, reportajes, documentales, jornadas y charlas que han colocado Ojo Guareña y provincia burgalesa como referente internacional. «Y también a través de los cientos de investigadores y expertos de todo el mundo que han venido invitados estos años a nuestras jornadas o charlas, y que se han ido con la boca abierta ante la riqueza arqueológica, geológica y faunística que hay en este lugar».‘Almacén’ de historia que ha hecho de Ojo Guareña el ‘ojito’ derecho de Edelweis (junto con Atapuerca), donde no dudan en acercarse en cuanto pueden para reponer o actualizar lo descubierto estos años. «Y donde no vamos tanto como querríamos porque los apenas 30 miembros que formamos ahora Edelweis tenemos que compaginar nuestros trabajos con esta pasión espeleológica, en la que nos faltan medios personales y económicos», confiesa.más GeolocalizaciónA pesar de todo, agradece la ayuda recibida desde la Junta, la Diputación y el Centro Nacional de Investigación de la Evolución Humana (Cenieh), siendo la colaboración con éste último y sus expertos -con la investigadora Ana Isabel Ortega entre ellos-, lo que ha permitido por ejemplo, escanear las huellas y marcas de tizón de antorcha halladas en las cuevas, gracias a la cesión de sus avanzados equipos.«Todas ellas colaboraciones y ayudas que nos permiten seguir haciendo algunas cosas, aunque no tantas como quisiéramos», lamenta. Y es que, como insiste el investigador, «como enclave natural que es Ojo Guareña, por el que transcurre un río activo en el que confluyen también aguas de lluvia y material arrastrado por éstas, a lo largo del tiempo han cambiado mucho las condiciones que catalogamos décadas atrás en sifones, cavidades y salas, por lo que nos gustaría volver y actualizar aquella información inicial, por ejemplo».Pero sobre todo, remarca, intentar aclarar un poco ese misterio que se les resiste a la hora de ubicar cómo y por dónde pudieron acceder aquellos paseantes, que miles de años atrás dejaron las huellas que han servido para comenzar a desentrañar algunas de las riquezas escondidas de este bello paraje.«Para ello nos gustaría realizar trabajos de geolocalización en diversos puntos del lugar, donde sospechamos que pudo haber accesos hoy taponados, y para eso necesitamos aparatos de geofísica pero también personal y dinero...», lamenta el investigador.Reclamo turísticoDe forma paralela a la tarea investigadora que gira en torno a Ojo Guareña, Martín destaca también la buena labor que, en su opinión, se está realizando en el exterior de promoción turística del lugar. Reconoce que, al principio, los investigadores sí temían que el lugar acabara convirtiéndose en un espacio donde la masificación y el descontrol marcarían su final. «Pero no ha sido así, de hecho el Ayuntamiento local y la Junta han dado forma a iniciativas de promoción controlada, que hacen del lugar uno de los grandes reclamos turísticos burgaleses». Hecho que corroboran los más de 42.000 visitantes que el enclave logró en 2018, «cifra que crece año tras año, lo que ha hecho que esta vez, el período de apertura se haya adelantado a febrero», explican desde el Ayuntamiento.Ángel Ibáñez será el Carbonero Mayor en la romería de San BernabéY mientras Edelweis sigue empeñado no sólo en saber más de Ojo Guareña sino también en transmitirlo y darlo a conocer, desde la Administración más cercana al enclave, el Ayuntamiento de Merindad de Sotoscueva que gestiona el lugar, no dudan en agradecer al grupo investigador su labor en pos del cuidado subterráneo del lugar, mientras ellos buscan completarla con una gestión sostenible de su exterior.Muestra de ello, explica el alcalde José Luis Azcona, son los más de 100.000 euros que han destinado a mejorar los espacios , «y que se centran en la mejora de los accesos a la ermita, la colocación de vallas de sujección de la roca -evitando que caigan pequeñas piedras que sin ser un peligro sí son molestas-, o la colocación de un baño», explica.Además de la previsión de contratar un nuevo guía en breve, «ya que el continuo incremento de las visitas que recibimos año tras año, hace que los 7 que hay ahora no sean suficientes para atender a todos», avanza. Añade que la creciente afluencia de público de toda edad, «ha hecho también que este año hayamos abierto la temporada en febrero, en lugar de en marzo o abril como otros, ya que las llamadas para visitar el lugar las recibimos todo el año».Azcona confiesa que tiempo atrás en que decidieron ocuparse desde el Ayuntamiento de la gestión de Cueva Palomera, «teníamos cierto temor, pero todo está funcionando muy bien al tener un sistema de gestión que nos permite a nosotros controlar las visitas y dar a conocer el paraje de una forma cómoda y adecuada, y al visitante descubrirlo y disfrutarlo».Bello lugar «que sentimos como muy nuestro y muy vinculado a nuestra historia», reconoce el alcalde, por lo que no dudan en abrirlo a todos. Muestra de ello son las miles de personas que cada mes de junio se acercan al paraje a celebrar con los lugareños la popular romería de San Bernabé, en torno a la cual perviven algunas de las tradiciones más ancestrales de la zona.Cita que este año tendrá lugar el sábado 15 de junio y que contará con el popular Ángel Ibáñez como Carbonero Mayor, al que precederá el viernes el anuncio del inicio de fiestas con el volteo de campanas y el disparo de cohetes, para ya el sábado celebrar la misa dentro de la ermita.Tras ella, se recibirá a las autoridades en el monolito -lugar donde tiempo atrás se reunía el concejo bajo la encina-, y se nombrará al Carbonero Mayor, quien procederá después al encendido de la carbonera, antes de celebrar la misa mayor en la campa de la ermita, y pasar luego al convite popular.