Dos centenares de romeros acompañan a la Virgen de Pedrajas hasta su ermita

El popular traslado de la imagen de la Virgen de Pedrajas desde su ubicación estival en la iglesia de San Cosme y San Damián a la que llega en la festividad de San Pedro, a su lugar de invierno en la ermita de la que es titular, reunió ayer a dos centenares de personas que participaron en la procesión y posterior romería en la campa del santuario.Como ya es habitual cada año el segundo domingo de septiembre, la cita congregó a muchos participantes cuya cifra superó a la de ediciones precedentes, lo que confirma la notable recuperación de esta antigua costumbre a la que acuden visitantes e hijos de la villa que, al residir fuera, eligen este día para volver a la localidad.La procesión y homenaje a la patrona pozana cuenta con varias singularidades destacables siendo una de las más llamativas la despedida de la Virgen de la villa salinera en el paraje del Almacén. Igualmente, la ‘escolta’ musical es seña de identidad pozana de esta festividad donde la Banda Municipal de Música recorre parte del casco histórico hasta la puerta del templo donde ‘llama’ a la patrona y la acompaña en su recorrido.Tras salir en procesión de la iglesia de San Cosme y San Damián al llegar a este cruce de carreteras los portadores de la imagen se detienen y giran a la patrona de cara a la villa mientras rezan unos minutos antes de girarla nuevamente y reiniciar la marcha camino de la ermita. Antiguo templo que cuenta con una particular historia que arranca en la época romana, hasta la que no dudan en acercarse romeros de toda edad a pesar de estar a una distancia respetable del casco urbano. Trazado en el que se mantiene el estricto espíritu del acto, en el que los portadores de la imagen la transportan sobre sus hombros casi sin detenerse hasta llegar a la ermita.A la llegada de la comitiva a la campa de ésta, se celebró la primera misa en el templo que se encontraba abarrotado de fieles. Finalizado el acto, los pozanos desfilaron ante la imagen antes de comenzar la parte lúdica del acto que corre a cargo de la Banda de Música de Poza, piedra angular de las fiestas de la villa, que interpretó varias piezas en la campa.