INFRAESTRUCTURAS
La CHD remata Castrovido sin plazos para llenar la presa
Con la obra civil «prácticamente finalizada», el organismo de cuenca vuelve a supeditar su entrada en funcionamiento a las «aportaciones del Arlanza»
La historia de la presa de Castrovido es el cuento de nunca acabar. A fecha de hoy, la única certeza es la de que las obras están a punto de terminar, pero nadie sabe en qué momento ni tampoco cuándo se empezará con el llenado de la presa.Lo último que se supo por parte de la Confederación es que confiaba en realizar las pruebas de llenado este otoño. Sin embargo, a mediados de octubre nada se sabe aún de fechas concretas. Oficialmente la CHD sólo confirma que la obra civil del cuerpo de la presa está «prácticamente finalizada». Lo único que falta para asegurar su «correcto funcionamiento», y en eso se trabaja precisamente ahora mismo, es el remate de instalaciones relacionadas con la «auscultación y toma de datos», «comunicaciones», «vigilancia»o «equipos del plan de emergencias». Mientras tanto, en la presa de cola se están levantando los muros de hormigón y la bóveda de cierre. Además, también queda pendiente el desarrollo de «instalaciones eléctricas», «equipos de desagües» o el «acondicionamiento final de los accesos y de las obras».El primer llenado tendrá lugar cuando se consoliden las instalaciones pendientes en la presa principal, se implante el «plan de Emergencia» y se cierre el «desvío provisional del río». Entonces sí, detalla la CHD, «se podrá comenzar» bajo las directrices fijadas en «un programa de puesta en carga que definirá una serie de escalones de llenado y vaciado parciales en los que se irá verificando el correcto comportamiento de la presa, de sus instalaciones y del propio embalse hasta llegar al llenado completo».Hasta aquí todo correcto. La gran incógnita, no de ahora sino de hace ya mucho tiempo, es la fecha estimada que baraja el organismo de cuenca para dar este paso vital en el futuro de la infraestructura, comprobar que todo está en orden y culminar la operación para que la presa de Castrovido disponga definitivamente de un plazo concreto e inamovible para su inauguración oficial. Sin embargo, la CHD continúa remitiéndose a lo que ya se sabe:que la puesta en servicio tendrá lugar en cuanto se complete «de manera satisfactoria el primer llenado», lo que «dependerá en gran medida de las aportaciones del Arlanza».Hasta ahí puede -o quiere- leer la Confederación. El estreno de esta presa con más de una década de retraso sigue pendiente de confirmación oficial desde el Ministerio para la Transición Ecológica. Lo que sí parece inamovible, aunque visto lo visto nunca se sabe, es el presupuesto. En total, 230,83 millones de euros contemplados de los que ya se han invertido 229,6. No en vano, cabe recordar que los múltiples retrasos y percances -el más grave, un trágico accidente en el que fallecieron cuatro operarios en 2011- han supuesto un sobrecoste de 165 millones.Cada vez que se lanzan previsiones sobre el final de la infraestructura, surge un nuevo retraso que frena en seco su entrada en funcionamiento. Parecía que las aguas seguían su curso el verano pasado. Sobre el papel, la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa no dilataría ni lo más mínimo los plazos contemplados. Por aquel entonces, la Comisión de Seguimiento de las obras tenía la certeza, transmitida por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), de que las pruebas de llenado se realizarían en «septiembre u octubre». Pero llegó el otoño y nada de nada pese a que el río Arlanza contaba con caudal suficiente. Después, a finales de diciembre, el organismo de cuenca anunciaba sus planes de acometer esta decisiva intervención a partir de febrero. Tampoco fue posible.