PROVINCIA / LA BUREBA
Los pozanos homenajean a San Blas con la Danza del Escarrete
Declarada de Interés Turístico Regional es una de las citas más antiguas de la provincia
La iglesia de San Cosme y San Damián y la plaza Mayor de la villa salinera fueron los escenarios donde los pozanos homenajearon a San Blas con su peculiar danza de prosperidad. Como manda la tradición, las parejas precedidas del mayordomo acudieron al templo donde se cantó la Salve tras lo cual la comitiva cruzó la Plaza Vieja y el Arco del Conjuradero, hasta la Plaza Nueva. Los asistentes formaron así el tradicional círculo mientras el mayordomo colocaba el animal doméstico en el centro de la plaza y la Banda de Música comenzaba a tocar los acordes de la danza. Momento en que los mozos y mozas, vestidos con el traje tradicional pozano, iniciaron la danza portando en la mano derecha la espada encintada y la mano izquierda sobre la cadera. Y es que al son de la música han de completar dos vueltas, saltando sobre el pie derecho los hombres y el izquierdo las mujeres, moviendo la espada ceremonial simulando el desjarretamiento (descuartizamiento) del animal. Su formato antiguo mandaba descabezar al animal de un tajo, pero tras su recuperación en la década de los 70, se suprimió esta parte siendo simbólica la decapitación. Otro cambio respecto a los animales de corral fue el realizado hace dos años cambiándose la tradicional ‘percha’ donde se les transportaba, por una gran jaula donde los miembros de la cofradía los trasladan hasta la plaza Mayor. Para garantizar que el Escarrete no vuelva a caer en el olvido, las nuevas generaciones de pozanos ya conocen y participan en la danza. Así se contribuye de forma definitiva a la conservación de la tradición que, debido a su antigüedad y fuerte arraigo en la villa, fue declarada de Interés Turístico Regional por la Junta de Castilla y León. Tras el inicio de la danza el mozo recibe los aplausos del público mientras entrega la espada a su moza, quien debe repetir el mismo gesto hasta finalizar la totalidad de los danzantes. Una vez terminada la danza, las parejas ejecutaron varias jotas pozanas alrededor del mayordomo que porta el báculo, invitando a su fin a bailar pasodobles a todos los asistentes. Una de las más antiguasLa danza del Escarrete es considerada por los conocedores del folclore burgalés como una de las más antiguas de la provincia, al reunir elementos evidentemente paganos que con el paso del tiempo se disimularon bajo el barniz cristiano. Esta afirmación se funda en el hecho de que el objetivo de la danza era conseguir prosperidad para las parejas recién casadas ese año sacrificando animales de granja, algo común en los rituales a deidades del hogar precristianas. Una parte poco conocida de la danza, que se lleva a cabo la víspera, es el llamado recorrido de ‘los negros’ por las calles de la villa. Este pasacalle popular lo protagonizan los mozos que bailarán al día siguiente, cuatro parejas y el ‘pollero’, que pasan casa por casa de la localidad enfundados en trajes negros y con la cara pintada para pedir dinero a los vecinos. La danza desapareció a raíz de la despoblación sufrida en la zona durante la década los 60, y fue gracias a los miembros de la Cofradía de San Blas de la villa que logró recuperarse, aunque flexibilizando las condiciones para participar en la misma abriéndose a las parejas que deseen ejecutar la danza.