TOROS
Bañuelos ha perdido ya la mitad de la camada de reses para 2020
«Vivo la situación con preocupación pero quiero ser optimista», admite el ganadero burgalés / Los ganaderos de bravo afrontan una pérdida de 77 millones por los más de 1.200 toros bloqueados
La ganadería burgalesa de Antonio Bañuelos ha perdido ya la mitad de su camada de toros para la presente temporada. Cinco corridas de las diez inicialmente previstas. Entre las que se han quedado en la finca La Cabañuela de Hontomín se encuentra la que hubiera servido para el regreso a San Isidro de la divisa burgalesa.
«Estamos atravesando una situación de bloqueo, como todos los ganaderos de bravo. En nuestro caso este año teníamos dispuesta la camada más completa de los últimos ejercicios», asegura el ganadero burgalés que no oculta sin embargo que vive la situación: «con preocupación, con incertidumbre y con dudas pero también quiero ser optimista de cara a un futuro a medio plazo».
La situación de la divisa burgalesa hay que contextualizarla con la situación general del sector ganadero de bravo que hasta la fecha ha calculado las pérdidas en más de 77 millones de euros de los cuales más de 35 millones corresponden a las 1.200 cabezas de ganado que no se van a poder lidiar en toda la primera parte de la presente temporada.
Coste de producción
Para la elaboración de esta proyección, se ha considerado la previsión de la producción 2020 facilitada por los ganaderos a la Entidad previo al inicio de la temporada que superaba los 7.000 toros (guarismo 15 y guarismo 16), que tienen un coste de producción que oscila entre 4.000 y 5.000 euros por toro, dependiendo de las características de la ganadería. A las pérdidas de los animales no lidiados hay que sumar las pérdidas derivadas de la cantidad de ejemplares que van a ser sacrificados en mataderos por la imposibilidad de darles salida comercial o incluso para entrenamientos en el campo.
«Los ganaderos somos un eslabón más del tejido productivo español», asegura Antonio Bañuelos quien pone de relieve las particularidades de la Tauromaquia, ya que «somos un sector temporal, estamos criando un animal que exclusivamente puede ser lidiado en la temporada taurina que oscila entre los meses de marzo a octubre. Los ganaderos nos encontramos con que ninguno hemos facturado desde el pasado mes de octubre y las perspectivas actuales no son muy halagüeñas de cara al futuro por lo que las dudas nos están asaltando».
Stock de carne
Como agravante a esta situación, los ganaderos inciden en otro factor negativo que es el stock de carne en los mataderos que ha causado un desplome sin precedentes de los precios de mercado, devaluando el precio del producto de bravo en origen. Un problema más añadido a un sector agravado por una de las producciones más costosas del mercado, ya que el toro bravo tiene un ciclo de producción muy largo (entre 4 y 7 años), sometido a riesgos debido a su condición y además, un producto perecedero ya que su salida al mercado (espectáculos taurinos y festejos populares) está limitada a los 7 año.
Sobre el futuro, Bañuelos asegura que no descarta que la temporada pueda reanudarse en el mes de agosto. «Quiero pensar que si», sostiene. Para el ganadero burgalés «sería una gran noticia que se pudieran celebrar festejos en agosto o septiembre y poder paliar las consecuencias negativas que estamos sufriendo. Siempre que las condiciones sanitarias lo permitan, quizás en el último tramo de la temporada algunas empresas se plantean la posibilidad de ofrecer festejos taurinos».
La Unión de Criadores de Toros de Lidia que agrupa a más del 85 por ciento del sector ha enviado un escrito al Ministerio de Agricultura y al de Cultura –en base al reconocimiento por Ley de la tauromaquia como Bien de Interés Cultural- en el que solicitan a la administración ayudas directas para paliar la pérdida de valor genético de las ganaderías y otra batería de propuestas para ayudar de forma indirecta como la coordinación ministerial o reducción de IVA puesto a pesar de que el IVA del espectáculo taurino es del 10 por ciento, el de venta del toro bravo (animal para festejo) sigue siendo del 21 por ciento. Por tanto, los ganaderos han solicitado la equiparación al tipo impositivo reducido cultural, y en caso de bajar el tipo del espectáculo taurino, que se aplique esta reducción a la res lidiada consecuentemente.
Además de todas estas medidas, el sector ganadero apuesta por otras claves para paliar la crisis económica provocada por la pandemia del Covid19 como la regulación administrativa de los costes de producción del espectáculo taurino, apertura de nuevos canales de venta y comercialización de la carne de lidia o incluso un rediseño de la estructura de los espectáculos taurinos.
«LA BUENA PRIMAVERA CLIMATÓLOGICA ESTÁ FAVORECIENDO A LOS TOROS»
Antonio Bañuelos está viviendo el confinamiento en su domicilio de la capital burgalesa. Desde allí se desplaza a diario a la finca La Cabañuela, situada en el término municipal de Hontomín. «En ese sentido, los ganaderos somos privilegiados porque podemos estar en el campo y disfrutar de la naturaleza. Debe ser la única parte positiva de nuestros sector», reconoce el ganadero antes de matizar: «Hay otra parte buena que es la buena primavera climatológica que tenemos estas últimas semanas y que favorece mucho al animal bravo».
El ganadero explica «tenemos lluvias y buena temperatura, eso favorece mucho los pastos y la propia biosfera natural de la finca. La fauna que convive con el toro de lidia en el campo, el desarrollo de la propia vegetación. Los toros gracias a esa combinación y al buen clima tienen el beneficio de que pueden comer del suelo para poder rematarse de cara a ser lidiados hipotéticamente en el mes de agosto, septiembre o octubre».
Bañuelos reflexiona en voz alta sobre las posibilidades reales de poder celebrar festejos taurinos más allá del 31 de julio. «Esta situación depende de la situación sanitaria del país y de la toma de decisiones. Lo más determinante para todos es la salud, eso tiene que quedar claro. A partir de ahí los espectáculos públicos deberán determinar si se pueden o no celebrar. El Tour de Francia, por ejemplo, ha hecho oficiales sus fechas. El futbol parece que podría volver en agosto. Ojalá los toros también».