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ECONOMÍA

El sector del vino suplica ayuda a la UE

Ribera del Duero reclama soluciones para vender todo el stock 

Un vendimador portea un cesto de uva en un viñedo de la Ribera. ECB

Publicado por
LORETO VELÁZQUEZ / ARANDA
Burgos

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Tras dos meses sin vender apenas vino y conscientes de que la reapertura de bares y restaurantes no implicará una vuelta a la normalidad, el sector vitivinícola tiembla.  Lo hace con las bodegas llenas de unas añadas -2018 y 2019- en las que la uva fue cara y con la necesidad de hacer hueco para almacenar una campaña 2020 que se prevé abundante

Sin olvidar otros retos internacionales como los aranceles impuestos por Estados Unidos, el Brexit y la inestabilidad económica y social que esta crisis ha creado a nivel mundial; el sector del vino español mira a Europa con la esperanza de volver a ser algún día ese sector pujante vital en la imagen de calidad del continente. 

«Con el cierre del canal Horeca (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías) va a cambiar el mercado y puede que los hábitos del consumidor. Está todo por descubrir». 

«Hemos pasado de ir como un tiro a tener un retroceso histórico», lamenta el presidente del Consejo Regulador Ribera del Duero, Enrique Pascual, convencido de que tal es la magnitud de la crisis que se avecina que «no somos capaces de calcular la dimensión de lo que nos viene». «Con el cierre del canal Horeca (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías) va a cambiar el mercado y puede que los hábitos del consumidor. Está todo por descubrir». 

En su opinión, hay que buscar soluciones para dar salida a todo el vino almacenado. «Si no se resuelve va a acarrear muchísimos problemas al sector», apremia.

Aunque Europa ha aprobado ya medidas como una flexibilización en las nuevas plantaciones o en el aclareo, todavía no hay una partida específica de ayudas y eso preocupa. Y es que, el debate sobre la destilación subvencionada (conocida como destilación de crisis) encaja en zonas como la Mancha pero no en una denominación de Origen donde la producción por hectárea es de por sí baja. Además hay dudas sobre si se tendrá en cuenta el límite del Consejo o se hará el cálculo sobre el historial de cada parcela.

«La poda en verde empieza a final de este mes de mayo y no tenemos trabajadores suficientes»

En la asociación agraria Asaja la mirada está puesta en un calendario agrícola que no espera. «La poda en verde empieza a final de este mes de mayo y no tenemos trabajadores suficientes», advierte el presidente, Rafael Díaz, al recordar que solo para esta tarea la Ribera del Duero necesitará a mil personas. «Vamos a estar muy cojos», señala consciente de que las cuadrillas de búlgaros y rumanos que suelen venir, no van a llegar. 

«Los trabajadores nacionales no quieren trabajar en el campo»

Desde Asaja han habilitado una bolsa de trabajo en la que se puedan poner en contacto trabajadores y empleadores y aunque por ahora se han apuntado 700 personas, el presidente pone en duda que lleguen todos al campo. «Los trabajadores nacionales no quieren trabajar en el campo», lamenta mientras pone como ejemplo la situación pre-crisis, donde en zonas donde hay paro el campo se trabaja gracias a temporeros extranjeros. «Ahí está la campaña de la fresa en Huelva o Cataluña».

Bajo esta perspectiva, Asaja aboga por acelerar los procesos burocráticos para que las personas migrantes que se encuentren ya en el territorio, puedan trabajar. Rafael Díaz reclama, por otro lado, al Gobierno de España directrices más claras y menos contradictorias. «No sabemos a qué atenernos entre tanta información que cambia además constantemente», termina.

Consumo

Todos coinciden, hay que favorecer campañas de consumo moderado y potenciar la venta online para dar salida a todo este vino que no se ha vendido y que no se podrá vender.  «El problema de Ribera es que hoy nos encontramos con las bodegas llenas de vino elaborado con uvas de años anteriores que se han pagado a precios altos y sin embargo, el mercado ahora mismo está cerrado, pero cuando empiece a abrir será muy exigente con los precios de venta. Por ello, sería necesario apoyar la comercialización de manera puntual», analiza el gerente de la asesoría enológica Red Bottle International, Alfonso Velasco, convencido de que «ninguna bodega comprará uva de este año si tiene la bodega llena». 

 «El problema de Ribera es que hoy nos encontramos con las bodegas llenas de vino elaborado con uvas de años anteriores que se han pagado a precios altos y sin embargo, el mercado ahora mismo está cerrado

«Tampoco podemos olvidar que la situación económica del país y del sector de la restauración en concreto, va a provocar una gran incertidumbre en los cobros y ese riesgo de impagados es la mecha de un cocktail explosivo para el sector bodeguero».

Buena campaña este año

Ajeno a todo este revuelo, el campo continúa con su ritmo habitual.  «Está espectacular», destaca el director técnico del Consejo Regulador Ribera del Duero, Agustín Alonso, a sabiendas de que la abundante lluvia caída va a proporcionar un colchón hídrico que vendrá muy bien para paliar las altas temperaturas del verano. 

Según este experto, estas lluvias ayudarán a mitigar los estragos de una sequía que ha sido intensa en un viñedo que por suerte ha superado ya los virulentos daños ocasionados por la helada de 2017, cuando las bajas temperaturas acabaron con más de la mitad de la cosecha. «La planta se ha recuperado y está perfecta», destaca.

 

Cae la demanda por

vías de venta y países

El abismo al que ha deparado la pandemia a este y otros sectores se une a un panorama que ya estaba aderezado con otros retos comerciales, que con distinta intensidad también perjudican al vino y a otros productos. En el caso del Brexit, aunque los peores efectos tuvieron lugar después del referéndum, por la depreciación de la libra, la huella final dependerá de  cómo acaben las

negociaciones comerciales a finales de este año

. Así lo advierte a este periódico el

Observatorio Español del Mercado de Vino

(OeMV).

 

«Si hay un acuerdo comercial, no habrá grandes problemas aunque se incremente la competencia con vinos procedentes de otros orígenes, pero

si no se llegara a un acuerdo

que facilitara las transacciones, la administración y la logística, además del reconocimiento de las técnicas de elaboración y detalles de etiquetado,

podría ser más perjudicial

», explica la técnica, María Mingo.

 

El sector vitivinícola afronta además el varapalo enviado por EEUU en forma de

aranceles

. «El hecho de que se impongan a unos países (Francia, Alemania, Reino Unido y España) y no a otros como Italia o Portugal es especialmente dañino y puede

afectar a nuestras exportaciones

en un gran mercado como es el norteamericano», advierte preocupada especialmente por los vinos tranquilos (no espumosos y no generosos) españoles.

China, un año perdido

Más palos en la rueda:

China

, un país que ya venía ralentizando sus importaciones en los últimos dos años y al que el paso del Coronavirus –pese a estar ya remitiendo- ha llevado consecuencias económicas «terribles». «

Se ha perdido parte importante del consumo en hostelería, en especial durante la celebración del año nuevo chino

», explica a sabiendas de que una parte muy importante de estas ventas no se recuperarán durante la segunda parte del año.

 

Así, partiendo de la premisa de que

China importa vino por valor de 2.180 millones de euros

y 613 millones de litros, de los que España le vende el 10% del valor y un 6% del volumen; la pérdida de un 18-20% de este mercado en 2020 (dependiendo mucho de cómo vaya el resto del año) supondría una caída total del mercado chino de cerca de 400 millones de euros y unos 110 millones de litros, de los que a España podrían corresponderle unos 40 millones de euros.

Otros mercados

El análisis de la OeMV se extiende además a otras referencias que hay que tener en cuenta como

Japón

, un mercado que iba de los primeros en 2019 y que ha anunciado una potencial

ralentización

, o

Rusia

, donde una

nueva Ley del Vino

, que se hará efectiva a partir de junio de 2020, podría afectar de forma negativa a las ventas de vinos a granel mundiales y especialmente a los españoles.

Calcular cómo pueden afectar todos estos factores combinados no es tarea fácil. «Lo que sí sabemos es que

está afectando a las ventas, a los pedidos y a la logística

, con menor transporte entre países. Además, todavía tenemos que ver cuál va a ser la expansión de estos efectos en otros mercados como el norteamericano», analiza mientras deja claro que todo dependerá «en gran medida» de la duración de la crisis y de las «posibilidades de tener

un segundo semestre notablemente mejor

».

 

Quizás todo el problema se vea en noviembre y diciembre con otros ojos

», confía sin perder de vista el mercado nacional, donde preocupa la pérdida de consumo en bares y restaurantes así como de actividades importantes y  de eventos. «Es pronto para hacer un cálculo, pero las cifras de las que partimos son de un consumo de vino en España de 1.100 millones de litros, que venía creciendo en 2019 y, algo más lentamente, en enero del 2020, pero se va a ver afectado por esta crisis, dependiendo de su duración», concluye.